La cohesión entre las dos etapas de la educación básica, esto es, Primaria y la Secundaria Obligatoria y la organización de esta última, cuyos tres primeros cursos (1º, 2º y 3º) poseen elementos organizativos comunes, nos hacen albergar serias dudas de que la medida anunciada por el Consejero de Educación sea viable jurídicamente y, llegado el caso, nos reservamos al derecho de acudir a los tribunales.

Además de las posibles vulneraciones de la normativa estatal, UGT se pregunta por qué ahora esta medida. La Consejería dice querer acabar con el riesgo de que el alumnado caiga en las redes de bandas juveniles, que los y las estudiantes mejoren hábitos de salud y se reduzca el abandono escolar, pero ¿acaso es el centro el que determina estos factores? ¿No conocen los técnicos que estudian la viabilidad de la medida que quizá se trate más de la fase vital en que se encuentran los menores, es decir, de la adolescencia y, no tanto, de si estudian en un colegio o en un instituto?

Por otro lado, ¿cómo se va a llevar a cabo esta transformación en lo que respecta al profesorado? ¿Completarán horario los docentes de Secundaria en los nuevos CEIPSO? Es bien sabido que, hoy por hoy, no se ha producido bajada de horas lectivas, por lo que quienes impartan Secundaria tendrán que hacer 20 horas lectivas, probablemente, alguna de ellas en horario de tarde.

Referente a la implantación de la jornada partida, desde UGT consideramos que en la Comunidad Autónoma por excelencia de la “libertad”, resulta que, ahora, se va a prohibir a la comunidad educativa la posibilidad de elegir, democráticamente, la jornada que considere más adecuada en su centro educativo. Apostamos por un sistema de elección de jornada en la que participe toda la comunidad educativa, a través de un proceso democrático establecido, de manera consensuada, entre todos los agentes implicados.

Desde UGT consideramos que para conseguir todos estos objetivos y evitar el fracaso escolar, la solución está en la bajada de las ratios de manera efectiva y en todas las etapas y niveles educativos, el incremento de las plantillas dotando a los centros de un cupo mayor de docentes especializados que atiendan las necesidades educativas de todo el alumnado, especialmente el más vulnerable, mayor oferta y ayudas de comedores escolares y actividades extraescolares. Y todo ello, requiere inversión, un incremento importante en la partida presupuestaria dedicada a la educación pública.

La Educación necesita urgentemente recursos y prestigio y solo la Administración puede ofrecer ambos. La labor del profesorado, de cualquiera que sea la etapa en que la desempeñen, es crucial para nuestra sociedad. UGT tiene esto meridianamente claro y estará allí donde sea preciso para defender el buen trabajo de los profesionales, su prestigio, la dotación de recursos humanos y materiales, bajada de horas lectivas, reducción de ratios. Por lo que decimos NO a medidas no consensuadas, a la ausencia del más mínimo diálogo y al ninguneo constante al profesorado.

Buenos días,

No estoy de acuerdo con este proyecto de Decreto por varias razones. 

- Me parece que está hecho sin un análisis y un consenso previo entre todos los colectivos implicados. 

- Los argumentos de la mejora del rendimiento en la jornada partida carecen de rigor científico y en la mayoría de los casos parten de entidades económicas. Además no es muy adecuado con la diversidad, hablan de forma general y en educación hay muchas particularidades a las que hay que atender.  

- Hay alumnado que tiene dificultades a la hora de comer en el colegio por motivos varios.  Con este horario es muy difícil que los niños y niñas puedan comer en casa. Las medidas de conciliación tienen que venir de la empresa y entidades políticas. El papel de la escuela es educar. 

- El introducir 1º y 2º ESO en los colegios plantea que los cursos de 1º y 2º que son más fáciles y les sirven de adaptación al instituto los pasen en el colegio. Cuando llegan a 3º ESO, además de las dificultades del curso en sí tienen que aprender a adaptarse al instituto. 

- La jornada partida aumenta el absentismo escolar ya que hay alumnado que se va a comer a casa y no vuelve.

- Las horas de tarde con jornada partida son de nulo aprovechamiento ya que vienen cansados por haber estado jugando en el patio durante casi dos horas.

- El tiempo familiar se reduce ya que es muy difícil compaginar las jornadas partidas con casi ningún trabajo. 

- Se hace muy difícil realizar otras actividades como conservatorios, actividades deportivas....ya que el colegio pasa a consumir todas las horas del día de los pequeños. 

- Sin una votación, además, las familias no tienen opción de elegir entre la opción que más les interese.

- Por último, el introducir 1º y 2º ESO en los colegios implicaría un gasto en infraestructura y profesorado que se podrían emplear en subsanar muchas de las necesidades económicas de los centros escolares de la Comunidad de Madrid.

Por todo ello me parece que habría que someter a un análisis más riguroso y calmado de este anteproyecto

Razones por la que este nuevo proyecto normativo me parece una TOMADURA DE PELO:

1.- No hace ni ocho meses la misma Consejería de Educación que tramita esta nueva normativa aprobaba la Orden 121/2024 de 27 de enero, ampliando el derecho de las familias a votar en los CEIPs el tipo de jornada escolar que prefieren para sus hijos, precisamente lo que la misma Consejería de Educación pretende ahora con el nuevo decreto cargarse. Y lo aprobaba de forma "motivada". ¿Qué ha pasado desde entonces? ¿Qué ha cambiado? Desde febrero no se conocen nuevos estudios de "los expertos", son los mismos que ya existían. ¿Cual es el motivo real de este cambio radical de postura desde la Consejería? ¿Con qué lobbies se han mantenido conversaciones para legislar ahora exactamente lo contrario?

2.- La Consejería de Educación asegura que el nuevo Decreto "incrementará la capacidad de elección de las familias". Falso. Blindar la jornada partida en los colegios de nueva creación y aquellos actuales que a fecha del próximo curso la mantengan no es favorecer la elección de las familias, es ELIMINARLA. Y todo ello camuflado en el caramelo envenenado de fomentar los CEIPSOs, que puede estar bien pero no como forma de chantaje (si quieres CEIPSO, traga partida). Conviene no olvidar que a los CEIPs que mantengan su actual jornada continua (más del 70% de los actuales) NO SE LES PERMITE SOLICITAR SER CEIPSOs, aunque dispongan de equipamientos, instalaciones, logística e interés para serlo. ¿Hay algo más parecido a un chantaje que esto? 

3.- La Consejería de Educación impulsa esta medida para "facilitar la conciliación de la vida laboral y familiar". FALSO. En jornada continua tus hijos (si quieres) salen del colegio a las cuatro, en jornada partida tus hijos salen del colegio a las cuatro. ¿Cual es la diferencia? Pues que a quien SÍ quiere realizar conciliación familiar sacando voluntariamente a sus hijos del cole a las dos se le elimina esa posibilidad. Así que la realidad es que el nuevo decreto NO AFECTA a la conciliación laboral pero legisla EN CONTRA de la conciliación familiar.

4.- La Consejería de Educación impulsa esta medida para "mejorar el rendimiento de los alumnos". FALSO. No existen diferencias perceptibles de rendimiento entre alumnos de continua/partida por el hecho de cursar una u otra jornada. Reto a la Consejería a que emita un informe sobre el particular porque dispone de datos suficientes para hacerlo o, en su defecto, permita que lo hagamos los ciudadanos incorporando todos los resultados académicos de los más de 800 CEIPs públicos de la CAM a la plataforma "Buscador de Colegios", y no sólo a algunos como hasta ahora.

5.- La Consejería de Educación impulsa esta medida para "permitir que los horarios escolares se adapten a las necesidades actuales". ¿Las necesidades de quién? ¿Eso no debería decidirlo cada colegio con sus familias a partir de sus casuísticas particulares? ¿Quién y cómo decide cuales son las necesidades actuales? ¿Son las mismas para todos?

6.- La Consejería de Educación alude a "trabajos científicos" que priorizan la conveniencia de la jornada partida. ¿Qué trabajos? ¿Va la Consejería a explicitarlos para que los afectados podamos conocerlos e incluso leerlos? ¿Se refiere a estudios de parte como el infame Informe Esade vinculado a lobbies educativos privados y que ha sido refutado hasta la saciedad? ¿Son los mismos que existían hace 8 meses cuando la CAM aprobó la Orden 121/2024 facilitando el derecho de las familias a votar jornada? ¿Cómo es posible que ocho meses después estos informes se hayan vuelto tan importantes que sirvan para legislar exactamente lo contrario que entonces?

7.- La Consejería de Educación impulsa esta medida para "combatir el abandono escolar". FALSO. Cataluña, una de las regiones que lidera el abandono escolar en España, imparte jornada partida OBLIGATORIA en Primaria. También lo lidera Baleares, con jornada continua mayoritaria. El abandono escolar tiene que ver con muchas variables entre las que el tipo de jornada escolar no parece en absoluto relevante. ¿Va a emitir la Consejería de Educación un informe sobre correlación abandono escolar/tipo de jornada a nivel regional y/o nacional? Muchos lo estamos esperando para que nos iluminen.

8.- La Consejería de Educación asegura que "No existe otra solución alternativa que cumpla con igual eficacia los objetivos perseguidos con esta norma". Pues esto es cierto. Y lo es porque los objetivos perseguidos por esta norma NO PARECEN TENER NADA QUE VER con los que la Consejería de Educación asegura perseguir.

Lo mejor que puede hacer la Consejería de Educación si priorizara el interés de los niños y sus familias, a mi entender, es desvincular la legislación sobre creación de CEIPSOs (que, con matices, puede ser una buena idea y habrá que ver cómo se desarrolla) del tipo de jornada escolar de cada centro, que debe seguir siendo una decisión autónoma de cada CEIP con la participación de sus familias. No hacerlo convierte este proyecto de norma en una TOMADURA DE PELO tras la que se intuyen otros intereses que poco tienen que ver con la Educación.

Estimados miembros del Consejo de Gobierno de la Comunidad de Madrid:

Me dirijo a ustedes para expresar una valoración crítica sobre el Proyecto de Decreto para la regulación de la jornada escolar en los centros de Educación Infantil, Primaria y en colegios públicos que imparten ESO. Este decreto afecta directamente a la organización del tiempo escolar, a la vida familiar y a la conciliación de miles de hogares madrileños, por lo que me permito exponer las siguientes consideraciones en torno a la metodología de votación, la estructura de la jornada y el contexto educativo y social en el que dicho proyecto se enmarca.

1. Injusticia en el proceso de votación

El actual método de votación que exige una participación mínima del 66% del censo escolar para que el resultado sea vinculante plantea una barrera innecesaria y antidemocrática. ¿Cómo puede considerarse justo un proceso en el que el silencio de quienes no participan se interpreta como una oposición? Un sistema en el que no todos los votos cuentan, sino únicamente los de quienes deciden votar en contra, no se alinea con un proceso verdaderamente democrático. En el resto de votaciones, incluyendo las que se celebran para cargos públicos como la presidencia de la CAM, el criterio de mayoría simple prevalece. De manera similar, facilitar un proceso de votación directo y equitativo sería más acorde con un sistema democrático inclusivo.

2. Flexibilidad y conciliación para las familias

La jornada continua abre una posibilidad esencial para las familias, permitiendo que aquellos que deseen recoger a sus hijos a las 14:00 lo hagan sin que esto perjudique a quienes necesitan que sus hijos permanezcan en el centro hasta las 16:00 o incluso hasta las 17:00 para realizar actividades extraescolares. Este modelo, al ofrecer flexibilidad, se adapta a diversas situaciones familiares: progenitores con horarios de trabajo irregulares, familias que desean aprovechar tiempo especial en compañía de sus hijos, situaciones de cuidado de familiares, entre otras circunstancias. Un modelo de jornada continua contribuye a la armonización del tiempo escolar con la vida familiar, favoreciendo una organización que permite a cada familia disponer del tiempo que necesita sin perjudicar a nadie.

3. Adecuación de la jornada a la realidad pedagógica actual

La enseñanza en la educación infantil y primaria ha evolucionado. Actualmente se priorizan competencias como el pensamiento crítico, el trabajo colaborativo y la motivación intrínseca, con un enfoque que deja atrás la repetición memorística de tiempos pasados. En este contexto, la jornada continua permite una estructura coherente que evita la desconcentración y el cansancio que una jornada partida intensifica después de una comida copiosa. Aumentar el tiempo de aprendizaje en un único bloque matutino favorece la atención y la motivación de los alumnos, permitiéndoles aprovechar mejor la educación sin la necesidad de una pausa forzada.

4. La jornada continua y la motivación escolar

Es importante destacar que la atención y el rendimiento dependen no solo del horario, sino de factores como el descanso y la motivación. En una jornada continua, los tiempos de descanso y recreo están mejor estructurados, y el profesorado puede organizar actividades que optimicen la atención y el bienestar de los estudiantes. No confundamos cantidad de horas con calidad de enseñanza. La jornada continua facilita una estructura de aprendizaje eficiente que, como evidencian prácticas en otras comunidades, logra un equilibrio saludable entre actividad escolar y tiempo familiar sin menoscabar el rendimiento académico.

5. El informe PISA y la realidad educativa

El informe PISA, un estudio de referencia para medir la calidad educativa a nivel europeo, no ha demostrado ninguna correlación concluyente entre el tipo de jornada y el rendimiento académico. Autonomías como Castilla y León, con excelentes resultados en el informe PISA, aplican la jornada continua de manera extendida, mientras que otras comunidades con peores resultados también tienen una gran implantación de este tipo de jornada. En este sentido, la jornada continua no afecta de manera negativa el rendimiento escolar, siendo un modelo que puede funcionar en Madrid como en otras comunidades con resultados educativos positivos.

6. Derechos de la infancia y el bienestar familiar

El principal enfoque debe ser el bienestar infantil, lo cual significa permitirles contar con tiempo para actividades recreativas y familiares, además de un entorno escolar saludable. La jornada continua no solo permite cumplir con el currículo escolar, sino que respeta el derecho de los niños a disponer de tiempo de calidad fuera del aula. Al igual que los adultos valoran la jornada continua para sus empleos, es razonable ofrecer la misma opción a los niños, especialmente cuando esta opción cuenta con el respaldo de estudios y la experiencia de comunidades con años de práctica exitosa en jornada continua.

7. El comedor escolar como opción, no como obligación

La jornada continua permite separar la actividad educativa de la asistencial, haciendo del comedor un servicio opcional sin imposiciones. Con esta jornada, las familias que opten por no utilizar el comedor podrán recoger a sus hijos a las 14:00, facilitando la conciliación familiar y permitiendo a cada hogar elegir libremente en función de sus necesidades. Esta flexibilidad garantiza la subsistencia del comedor para quien lo requiera, sin obligar a las familias que pueden prescindir de este servicio a seguir una jornada partida que no necesitan ni desean.

8. Actividades extraescolares: un complemento voluntario

Es importante recordar que el horario de las actividades extraescolares permanece de 16:00 a 17:00, lo cual asegura que la oferta de actividades continúe sin que el tipo de jornada escolar sea un impedimento. La jornada continua permite a los alumnos una desconexión adecuada entre la jornada lectiva y las actividades extraescolares, permitiéndoles retomar estas actividades con mejor disposición y energía.

9. Superar la influencia del mercado laboral en la organización escolar

La educación debe estar guiada por el interés y bienestar infantil, no por intereses laborales o económicos. La escuela no debe adaptarse a los ritmos de trabajo de las familias a costa del bienestar de los estudiantes. Lamentablemente, algunas decisiones parecen priorizar que los centros abran más tiempo para facilitar la jornada laboral de los progenitores sin que este objetivo esté ligado a la mejora educativa o el desarrollo de los estudiantes. La jornada continua respeta el derecho de la infancia a un tiempo de calidad fuera del colegio y permite que aquellos que deseen estar más tiempo en el centro puedan hacerlo sin imponer este esquema a todas las familias.

10. Cuestionamiento de la Publicidad Engañosa en la Prevención del Abandono Escolar: Se ha publicitado que esta modificación de la jornada escolar en Primaria y la inclusión de 1º y 2º de la ESO en los CEIPs favorece la prevención del abandono escolar, lo cual no tiene sentido en el contexto de la etapa primaria, ya que en esta etapa no existe abandono escolar. Utilizar este tipo de justificación como un argumento válido para introducir cambios en el sistema escolar infantil es, además de poco riguroso, confuso y tergiversa el verdadero propósito educativo de esta etapa. En primaria, el problema del abandono escolar no aplica, por lo que este punto debe ser revisado para reflejar la realidad y no generar expectativas infundadas ni falsas promesas.

Punto 11. Conciliación Familiar y Realidad de Horarios: El decreto plantea que la reorganización del horario de jornada partida favorece la conciliación familiar; sin embargo, en la práctica, esto no resulta ser cierto. El horario de entrada y salida propuesto continúa siendo el mismo, de 9:00 a 16:00, y el número de horas lectivas no sufre variación alguna. Este tipo de horario no favorece la conciliación de las familias, sino que se convierte, en efecto, en una medida que impone la permanencia de los niños en los centros como una especie de “aparcamiento” escolar. Con una jornada tan extensa, que supera incluso las horas que muchos progenitores dedican a sus empleos, no se está conciliando sino limitando a los niños a un entorno escolar por horas que exceden sus necesidades pedagógicas y de desarrollo personal, lo cual no es compatible con el derecho a una infancia equilibrada y saludable.

Punto 12. Exposición a Conflictos y Justificaciones Incongruentes: Otra argumentación que se ha esgrimido es que este modelo reduce la exposición de los menores a conflictos, a problemáticas de bandas o a entornos de riesgo social, sin embargo, este razonamiento carece de fundamento y parece más bien orientado a alarmar a la opinión pública. El horario de entrada y salida de los centros, que se mantiene entre las 9:00 y las 16:00, no sufre alteración alguna, por lo que los estudiantes están igualmente expuestos a los mismos entornos y franjas horarias al entrar y salir de los colegios. Este tipo de razonamientos deben retirarse del discurso en favor del decreto, ya que distorsionan el verdadero debate y generan una falsa percepción de riesgo sin datos objetivos que lo sustenten.

Punto 13. Inclusión de 1º y 2º de ESO en los CEIPs: Consideraciones y Efectos Negativos: La inclusión de 1º y 2º de la ESO en los CEIPs es un planteamiento que suscita serias dudas y debe ser reconsiderado. En primer lugar, cabe destacar que muchos centros no disponen de las infraestructuras necesarias para acoger a estudiantes de edades tan diferentes, y las instalaciones, especialmente los patios y áreas comunes, no están diseñadas para responder a las necesidades de los adolescentes, quienes requieren de un espacio y tiempo propio de su etapa de desarrollo, distinto al de los niños de primaria.

Durante el inicio de la adolescencia, los estudiantes de 1º y 2º de ESO tienen una carga académica creciente y una mayor necesidad de tiempo personal para realizar tareas, estudiar y descansar, algo que no puede alcanzarse con dos horas de comedor y espacios muertos en los centros. Al prolongarse su permanencia en el colegio hasta las 16:00, con un espacio de comedor que no contribuye al aprovechamiento de este tiempo, estos estudiantes ven obstaculizada la posibilidad de compaginar los estudios con actividades de ocio y descanso en un ambiente adecuado, generando una carga innecesaria y poco beneficiosa.

Además, en esta etapa suelen surgir problemas relacionados con la alimentación y el bienestar emocional, por lo que la permanencia en comedores escolares se convierte en una fuente de presión para muchos adolescentes, especialmente si no se sienten cómodos o no encuentran en el menú opciones adecuadas a sus necesidades. La presión social en la adolescencia, unida a los desórdenes alimentarios que pueden derivarse de este contexto, requiere una especial atención y una alimentación adecuada a su desarrollo. Sería conveniente que las autoridades educativas realizaran un estudio sobre la cantidad de comida desechada en los comedores de los centros y el impacto de esta situación en los adolescentes, un problema que, en este contexto, además va en contra de los principios de la normativa Real Decreto 132/2010, que establece que los centros de educación secundaria deben contar con instalaciones y servicios específicos para realizar la totalidad de esta etapa educativa.

Por todo ello, se insta a que se revise este Decreto con el fin de garantizar que el interés primordial sea el desarrollo óptimo y el bienestar de los estudiantes, con una jornada educativa que favorezca la conciliación familiar real y no la permanencia de los menores en los centros por razones ajenas a sus necesidades educativas.

La propuesta de creación masiva de CEIPSOS supondrá un empeoramiento de las condiciones de trabajo de los docentes y de la atención académica a los estudiantes. Trabajo en un CEIPSO y tengo la obligación de denunciar las siguientes situaciones por las que los alumnos y docentes de un CEIPSO están en desventaja respecto a los de un IES.
- En un CEIPSO solo hay una jefatura de estudios de secundaria, desbordada porque asume la coordinación de extraescolares y complementarias además de toda la coordinación docente, disciplina, etc. .
- En los CEIPSOs no se crean todos los departamentos didácticos, por lo que hay docentes que hacen el mismo trabajo que un jefe de departamento, pero sin la reducción horaria ni el complemento económico. Esto amparado por la disposición 7.3 de la orden 2968/2014 que dice "La Consejería de Educación, Juventud y Deporte, a propuesta de las Direcciones de Área Territorial correspondientes, antes del inicio del curso escolar y en función de las necesidades, autorizará los departamentos didácticos del centro." En la práctica supone carta blanca para que la consejería se salte lo establecido en el reglamento orgánico de centros que establece que "En los institutos de educación secundaria existirán los siguientes órganos de coordinación docente: Departamentos didácticos: Artes Plásticas, Ciencias Naturales, Educación Física y Deportiva, Filosofía, Física y Química, Francés, Geografía e Historia, Griego, Inglés, Latín, Lengua Castellana y Literatura, Matemáticas, Música y Tecnología."
- En los CEIPSOs no hay Departamento de actividades complementarias y extraescolares. La coordinación recae en una Jefatura de Estudios desbordada.
- En los CEIPSOs los departamentos didácticos no disponen de departamentos físicos (despachos), por lo que no hay espacio para materiales didácticos o de consulta o lugares para trabajar. Como mucho unas baldas en una sala de profesores común.
- En los CEIPSOS no hay suficientes alumnos para jornadas completas, lo que supone que profesores tengan que impartir asignaturas en las que no son especialistas, que haya tutores que imparten materias de 2 horas semanales, tutores a jornada parcial que no acuden todos los días al centro, exceso de profesores compartiendo centro, etc
- En los CEIPSOS no hay suficientes alumnos para mantener una optatividad diversa, consecuentemente desaparecen optativas como Latín, ampliación de Matemáticas, Teatro, Francés, etc. lo que obliga a los alumnos a matricularse en un itinerario no elegido o cambiar de centro.
- En los CEIPSOS no hay biblioteca de Secundaria, se comparte la heredada de primaria y la sobrecarga horaria hace que no haya mantenimiento.
Por todas estas razones los CEIPSOs pueden parecer rentables a la administración, pero en realidad empeoran la calidad de la enseñanza y las condiciones laborales docentes.

Como madre de un niño de primaria y que ha experimentado la jornada continua durante dos años, me gustaría expresar mi opinión en relación a los dos temas que se están debatiendo.

En relación a la jornada continua o partida comentar que:

El cansancio de las horas de la tarde de la jornada partida es equivalente al cansancio de las dos últimas horas de la jornada continua, y en los años en los que he vivido la jornada continua no he visto por ningún lado ese mayor rendimiento que los defensores de la jornada continua alegan.

En mucho colegios hay dos turnos de comedor. Mi hijo de 7 años años está en el segundo, por lo que en jornada continua le tocaría comer a las 3 de la tarde, lo que en niños de esas edades me parece un disparate. Sí, los fines de semana se come a veces a esa hora, pero ni madruga ni desayuna a la 8:00. Comiendo tan tarde, ya la merienda es tarde, y la cena más, lo que deriva en horarios poco adecuados para los niños (y en algunos casos el saltarse o comer mal en alguna de las comidas....).

Nos olvidamos de los niños cuyos padres que por necesidad (no por gusto) se ven obligados a llevar a sus niños a madrugadores (7:30 en la mayoría de los casos). ¿En serio alguien piensa que esos niños rinden las últimas horas de la mañana en horario continuo sin haber hecho descansos activos largos y haber recargado energía con alguna comida completa (hidratos, proteinas, vitaminas, etc...)?.

Me cuesta creer que los niños puedan tener energía hasta las 2 de la tarde habiendo desayunado a las 8:00 de la mañana y tomado una pieza de fruta (desayunos saludables en la mayoria de los colegios) a media mañana. 

Si tan perjudicial fuera la jornada partida como algunos intentan hacer ver, los colegios privados y concertados, que en su mayoria tienen jornada partida, tendrían unos resultados malísimos, y no es así.

El argumento de poder pagar o no el comedor tampoco me parece acertado. Si no puedes pagar el comedor, casi seguro que te conceden beca. Y sinceramente, tal y como está la cesta de la compra, casi sale más barato que hagan uso del comedor, y en este caso, la comida siempre va a ser mucho mas variada y completa que la que puedan proporcionarle en casa si económicamente no están en su mejor momento.  

Entiendo perfectamente la reivindicación del profesorado para mejorar sus condiciones laborales, y respeto enormemente las familias que prefieren la jornada continua porque pueden comer sacar a sus hijos del colegio a las 2 de la tarde y comer con ellos en casa, pero en el caso de la jornada, creo que su beneficio no puede estar por encima del bienestar de los niños.

También se dice que lo eligen las familias democráticamente, pero nunca avisan de que el cambio es IRREVENSIBLE, ya que los profesores del consejo escolar nunca van a votar para que se vuelva a la jornada partida, por lo que, una vez que se elije continua, ya nunca se puede cambiar. En el caso del colegio de mi hijo, las dos veces que se ha votado, han habido coacciones, mentiras, etc. para que saliera la jornada continua, además del mal ambiente que se genera. 

En relación a los CEIPSO, me parece una medida muy deseada por la mayoría de los padres. Faltan institutos, y los que hay están saturados (algunos son incluso L9). Muchos padres intentan desesperadamente conseguir plaza en colegios concertados cuando ven que niños de 11-12 años tienen que cambiar de centro y en muchos casos desplazarse en transporte público para llegar a los mismos. Recordar que la posibilidad de acogerse a la reducción de jornada para poder conciliar y atender a tus hijos se termina cuando tu hijo alcanza los 12 años, por lo que le dejas sólo en un sitio nuevo y sin apenas poder supervisarle. Desconozco las implicaciones legares, etc. Pero si hay centros que sí son CEIPSO actualmente, no veo los problemas en alargar la estancia en los colegios un par de años más como en la EGB.

Hola,

Me parece un atraso volver a la jornada partida. Muchos centros han votado tener jornada continua con 2/3 de votos a favor de las familias, entonces no veo el sentido de ahora querer quitarla cuando así ha sido votado.

En ambas jornadas, continua y partida, los niños salen a la misma hora, lo único que cambia es la hora de comer. ¿Acaso los fines de semana los niños comen a las 12:30? ¿Quién puede recoger a sus hijos a las 12:30 para comer y luego volver a llevarlos? OBVIAMENTE la jornada continua favorece la CONCILIACIÓN FAMILIAR porque quién pueda puede recoger a sus hijos del colegio a las 14:00 y no volver hasta el día siguiente, lo cual no ocurre con la partida ya que todos los niños saldrán obligatoriamente a las 16:00.

Lo que está claro de todo esto es que desde el gobierno se favorece la partida porque lógicamente BENEFICIA A EMPRESAS PRIVADAS DE COMEDOR puesto que todos los niños, o la gran mayoría, se quedarán a comer en los centros puesto que las 12:30 es muy mala hora para ir a recogerlos y darles de comer.

Además ¿alguien se ha puesto en el lugar de los niños? ¿Cualquiera de vosotros rendís mejor en el trabajo después de comer o tenéis un montón de sueño y pocas ganas de trabajar? Apuesto a que a la gran mayoría les pasa lo segundo, por lo que siempre va a ser mejor comer y después descansar o jugar, antes que ponerse a trabajar. No siempre se va a poder desde los centros hacer un horario en el que después de comer sean asignaturas sin mucha carga, pero en muchas ocasiones nuestros hijos darán matemáticas, por ejemplo, y creo que no es buena hora para que estén atentos y puedan entender bien las explicaciones.

Así que por favor todos los que tenéis un beneficio con la jornada paprtida daos cuenta de una vez que NO ES MEJOR QUE LA CONTINUA Y QUE NO FACILITA LA CONCILIACIÓN FAMILIAR COMO SÍ LO HACE LA CONTINUA. Además los niños rinden más antes de comer.

Como docente y director de un centro educativo público de la Comunidad de Madrid, considero necesario expresar mi disconformidad con el proyecto de decreto sobre la jornada escolar propuesto por el Consejo de Gobierno de la Comunidad de Madrid. Dicho proyecto, presentado bajo consulta pública, establece como objetivos clave aumentar la capacidad de elección de las familias madrileñas y facilitar la conciliación de la vida laboral y familiar. Sin embargo, tras analizar sus argumentos, considero que ambos puntos carecen de coherencia en la práctica y pueden incluso producir efectos opuestos a los mencionados.

1. Capacidad de elección de las familias

En relación con el primer objetivo, aumentar la capacidad de elección de las familias madrileñas, resulta contradictorio afirmar que se incrementa la capacidad de elección de las familias cuando, en realidad, se está limitando su participación directa en la decisión sobre la jornada escolar de los centros educativos a los que asisten sus hijos. Actualmente, las familias, a través de su representación en el Consejo Escolar y mediante votación, tienen la posibilidad de elegir la jornada que mejor se adapte a sus necesidades y preferencias. Imponer una jornada partida de manera generalizada reduciría esta capacidad de decisión, centralizando una decisión que hasta ahora ha sido fruto del consenso en cada comunidad educativa.

2. Conciliación de la vida laboral y familiar

En cuanto al segundo objetivo, la conciliación de la vida laboral y familiar, considero que la propuesta de jornada partida no contribuye a ello, sino que, en muchos casos, puede dificultarla.

En los centros de jornada continua, el horario lectivo se desarrolla de 9:00 a 14:00 horas, permitiendo que los alumnos permanezcan en el comedor escolar hasta las 16:00 si así lo desean. Este modelo facilita a las familias organizar su jornada con dos desplazamientos: uno a la entrada y otro a la salida del horario lectivo.

En contraste, en los centros de jornada partida, las familias que no deseen o no puedan costear el comedor escolar se ven forzadas a realizar hasta cuatro desplazamientos al día: a la entrada del centro, al mediodía para recoger a los alumnos, a su regreso al centro tras la pausa del comedor y, finalmente, a las 16:00 para la recogida final. Esto, lejos de favorecer la conciliación, representa una carga adicional para muchas familias, especialmente aquellas que, por limitaciones económicas, prefieren evitar el servicio de comedor. En este tipo de jornadas, las familias que desearían organizar su jornada sin recurrir al comedor escolar terminan viéndose, en cierta medida, forzadas a utilizarlo para evitar los constantes desplazamientos, lo cual genera un verdadero obstáculo a la conciliación de la vida laboral y familiar.

3. Falta de transparencia en los estudios científicos citados

Además, en el texto de consulta se afirma que "diversos estudios científicos han puesto de manifiesto que desarrollar la jornada escolar de un modo pausado, alternando los períodos lectivos con los tiempos de ocio, alimentación y descanso tiene un efecto positivo sobre el rendimiento académico y el bienestar de los alumnos." No obstante, resulta cuanto menos llamativo que una afirmación de tal envergadura no venga acompañada de una relación de dichos estudios, aunque sea a pie de página. Esta omisión priva de transparencia al documento, pues al no especificar los estudios referidos, se limita la capacidad de contrastar y analizar las evidencias científicas que se presentan como base de la argumentación. Dado que se busca legitimar un cambio significativo en la organización escolar, la falta de fuentes concretas suscita dudas sobre la solidez del respaldo científico alegado.

En conclusión, la idoneidad de un modelo de jornada escolar sobre otro es un tema complejo y sujeto a un amplio debate, en el cual difícilmente alguien puede arrojar una verdad absoluta. Mi intención a través de esta alegación no es otra más que señalar, en mi opinión y a la luz de mi experiencia, que los beneficios expuestos en el proyecto de decreto no son tan sólidos como se asevera en el texto. Limitar la elección de las familias imponiendo un único tipo de jornada escolar desde la Comunidad de Madrid reduce su capacidad real de decidir sobre el bienestar de sus hijos y de participar en la organización de los centros. El debate en cada centro sobre el tipo de jornada debe estar siempre abierto y quizá sea conveniente revisar los procesos mediante los cuales cada comunidad educativa puede decidir su modelo de jornada. Sin embargo, no considero que la solución pase por imponer una jornada única a las familias de los distintos centros educativos de la Comunidad de Madrid.

Como profe y madre he venido observando que la jornada continua es más beneficiosa para nuestros alumnos. Después de comer la atención disminuye y la falta de atención aumenta. También tienen más tiempo para realizar actividades más lúdicas, como pintura, fútbol... Las familias vamos menos estresadas y aprovechamos más el tiempo con nuestros hijos. 

En primer lugar, la manera en la que se está difundiendo información falsa desde la administración pública, me parece algo vergonzoso. Decir a las familias que la jornada partida facilita la conciliación familiar, cuando la realidad es que la permanencia en los centros es exactamente la misma (de 9:00h a 16:00h) independientemente de que se parta la jornada en dos o no, debería aclararse públicamente, porque es el punto que más lleva a las familias a pensar que una jornada partida es mejor, cuando no es así.Todos los que somos docentes (soy directora de un centro público) sabemos lo que es dar las clases después de dos horas de parón con la comida de por medio. Los alumnos están cansados, (el proceso de la digestión es en uno de los que más energía invierte nuestro cuerpo). Nos pasamos buena parte de la clase hablando de conflictos en el patio del comedor (que es largo) por lo que gran parte de la sesión se pierde.. 

Las horas de antes de comer son siempre mucho mejor aprovechadas. Por supuesto, esa teoría de que por la tarde se darán siempre las asignaturas con menos carga curricular ya que son más adecuadas a esas horas...permítanme que me de la risa. Que vengan esas personas que han dicho esto a un colegio y nos hagan los horarios para ver como consiguen que en 20 aulas se esté dando plástica, música y educación física sólo en las sesiones de tarde, teniendo en cuenta que suele haber un especialista de música por centro, y uno o dos de educación física dependiendo del número de aulas...si descubren cómo hacerlo, les ruego vengan y nos lo cuenten. 

Lo que sí es cierto, es que cuando hay jornada continua, se obliga a la mayoría de las familias a pagar si o si el servicio de comedor, puedan o no venir antes a por sus hijos, lo cual es un gasto que hay familias que podrían evitar si pudieran decidir si dejarles a comer o no (en continua se come de 14:00 a 16:00, en partida de 12:30 a 14:30, pero como han de volver al aula, prácticamente la totalidad se ve obligado a pagar este servicio., así que lo de dar más elección a las familias...es poco fiel a la realidad.

Lo único que cambia es la distribución de las sesiones de clase, con más aprovechamiento y menos paradas que dificultan la continuidad. Las horas de permanencia son las mismas, las horas de trabajo docente el mismo. El equipo directivo nos quedamos en el centro hasta las cuatro en cualquiera de las dos modalidades...En mi caso particular, dirijo un centro con un proyecto que me encanta, pero, llevo a mi hijo a otro por no someterle al horror que me parece la distribución en jornada partida que tenemos en mi centro, a pesar de los problemas logísticos que esto me causa, y lo fácil que sería para mi y mi organización familiar tenerlo conmigo. Prefiero que mi hijo esté en un centro de jornada continúa, y le recojo a las cinco sin problema de sus extraescolares, exactamente igual que si estuviera en partida, pero no termina agotado por salir de clase a las 16:00 y meterse directamente una hora más  a extraescolares, como sucede en partida. En continua termina su carga lectiva a las 14:00h, come, juega,  cuando a las 16:00 va a una extraescolar, lo hace hasta con ganas. Aquí los alumnos se nos quejan al salir a las 16:00 de que con lo cansados que están tiene que seguir una más, sin descanso de por medio..en fin...que ojalá escuchasen un poco más a los docentes, que somos los que vivimos cada día la realidad de la vida escolar, que yo no opinaría tan libremente de algo que no conociera desde dentro. Soy docente hace más de 20 años y he trabajado en todas las modalidades. Tengo bastante claro cual es mejor para los alumnos. Y repito, que yo me quedo en el centro hasta la misma hora en cualquiera de las distribuciones. Espero que la consulta pública sirva para algo.

Como madre y maestra el alargar la jornada escolar a la tarde no creo en absuluto que solucionemos nada, al contrario. Todos (alumnos y docentes) estamos más cansados y menos concentrados para realizar tareas que requieran atención. Yo he tenido alumnos que en las horas de la tarde antiguamente se quedaban dormidos porque encima madrugaban más que el resto.  Yo sigo saliendo a las 16 con mi jornada escolar contínua, lo único que no tengo alumnos en clase, pero estoy trabajandoSi lo que quieren los políticos es conciliación familiar, estupendo, pero no creo que lo consigan alargando las horas lectivas, sino con mejores políticas familiares y dando ayudas para que los padres puedan pasar más horas con sus hijos fuera de la escuela.

Como han indicado otros comentarios, en este proyecto se han incluido dos medidas que deben considerarse por separado. Me gustaría realizar mi aportación como profesor (de Secundaria) en un IES público de la Comunidad de Madrid.

Jornada continua/partida: claramente resulta más beneficiosa para los alumno la jornada continua. Después de hacer una de las comidas principales del día, los alumnos necesitan descansar y les resulta imposible rendir como antes de comer. Cualquier profesor lo puede constatar. A nadie se le ocurre dar clase de Matemáticas por la tarde en los centros con jornada partida, precisamente por eso. Tampoco tiene sentido que se vaya a permitir a los colegios que cambien a jornada partida, pero se bloquee el cambio a continua. Muchos CEIP han votado a jornada continua, y puede que también otros quieran hacerlo en el futuro.

La idea de que con jornada partida los alumnos pasarán más tiempo en el colegio es engañosa, ya que los alumnos que acuden al comedor saldrían a la misma hora, sólo cambia si al final de la jornada escolar están comiendo o en clase. En cualquier caso, no es malo que los alumnos pasen menos tiempo en el colegio. Es necesario para el desarrollo de su personalidad que realicen otras actividades y gestionen su tiempo libre, especialmente en el paso a la adolescencia. Las actividades extraescolares en el centro son una opción a tener en cuenta, pero no se deben considerar como una continuación de la jornada lectiva. Y, en cualquier caso, mejor que se realicen tras haber tenido una pausa para comer y descansar, sin clases entre medias.

1º y 2º de ESO en los CEIP: en mi opinión de profesor de Secundaria, toda la etapa de la ESO debería quedarse en los IES. Hay dos factores principales a tener en cuenta.

El primero es la convivencia. Se suele decir que los alumnos están más cuidados o tienen menos problemas de convivencia en el colegio, pero otra parte el regreso de 1º y 2º de ESO a los CEIP (que existe de forma excepcional en los CEIPSO) supone la convivencia de alumnos de Primaria mucho más pequeños con alumnos de ESO, que sin repetidores pueden llegar a tener incluso 16 años. Exceptuando centros de difícil desempeño o que por su localización puede tener un alumnado más conflictivo en cursos superiores, los profesores de Secundaria sabemos que los niveles más conflictivos de los IES son, precisamente, 1º y 2º de ESO, una tendencia que se ha intensificado en los últimos años por el uso del móvil y las redes sociales. Precisamente por eso, para proteger a los alumnos más pequeños, creo que deberían quedarse en los IES.

El segundo factor es el pedagógico. Lógicamente, tiene más sentido que los alumnos cursen la etapa de Secundaria en un mismo centro, que seguirá a lo largo de toda su trayectoria un mismo proyecto educativo. Además, el retraso de la incorporación de los alumnos al IES supone un retraso en el paso a la madurez. Los alumnos que entran en el IES se muestran año tras año menos autónomos. Retrasar el paso al IES significa que los alumnos entrarán al instituto en 3º de ESO siendo más inmaduros y con más dificultades para el estudio y el trabajo, pues irremediablemente el trabajo en los CEIP por ámbitos (como se ha indicado que se realizaría) supone una menor exigencia y una falta de desarrollo de autonomía personal y hábitos de estudio y trabajo.

En resumen, creo que desde el punto de vista de los profesores que pasamos tantas horas al día con los alumnos, tiene más sentido mantener la jornada continua y que los niveles de 1º y 2º de ESO permanezcan en los IES.

En este comentario quiero argumentar la preferencia a la jornada continua en los colegios: ES IMPORTANTE QUE LEÁIS TODOS ESTOS PUNTOS PUES MUCHA GENTE, SOBRE TODO PADRES NO SON CONSCIENTES. 

1. Son las mismas horas en el colegio: Organización familiar más sencilla: Con la jornada continua, los alumnos que se quedan al comedor salen a la misma hora que en la jornada partida. Esto significa que, si las familias necesitan que sus hijos se queden a comer, el horario de salida es igual en ambas jornadas, pero la jornada continua facilita la organización y el tiempo de descanso posterior. Además, los estudiantes que no se quedan a comedor pueden salir a las 2, evitando desplazamientos innecesarios. En la jornada partida, si los alumnos no quieren quedarse a comedor, los padres deben recogerlos al mediodía y volver a llevarlos más tarde, lo que supone una carga extra de tiempo y desplazamientos, algo complicado para muchas familias.

Este horario permite a las familias organizarse de manera más sencilla, evitando tener que estar pendientes de dos desplazamientos y proporcionando una rutina más estable para los estudiantes.

2. Menos conflictos y mayor concentración después del recreo: En la jornada continua, los estudiantes mantienen un ritmo de trabajo sin interrupciones largas, lo que favorece la continuidad en el aprendizaje y minimiza los tiempos de desconcentración. En cambio, en la jornada partida, tras el recreo del comedor suelen surgir conflictos entre los alumnos, debido al tiempo prolongado de juego y a la dificultad de volver a un ambiente de estudio después de una pausa tan larga. Esto genera situaciones de tensión y distracción, y hace que pierdan tiempo valioso que podría aprovecharse mejor en un bloque de clases más continuo.

De este modo, la jornada continua ayuda a mantener una rutina estable y favorece que los alumnos estén concentrados y enfocados, mejorando su aprovechamiento académico y su bienestar emocional.

3. Mejora de la concentración y el rendimiento académico: En una jornada continua, los estudiantes pueden concentrarse mejor en las clases, ya que aprovechan las primeras horas del día, cuando suelen estar más alertas. Con una jornada partida, la vuelta después del descanso del mediodía puede ser menos productiva, ya que muchos niños vuelven cansados o desmotivados.

4. Mejora de la salud mental: Reduce el agotamiento y el estrés asociado a la jornada partida.

Sinceramente me parece una pérdida de tiempo esta encuesta puesto que el primer ciclo de la ESO desapareció de los colegios porque a alguien se le iluminó la cabeza y pensó que era lo mejor , y ahora ¿ tenemos que volver atrás porque a otra cabeza pensante se le ha ocurrido?

Creo que el problema sigue estando en que todos los que opinan tanto sobre la jornada escolar como sobre la ESO  y no han pisado  un aula en su vida. Estarán muy formados en teoría pero les falta lo más importante:LA PRÁCTICA..

Como profesora creo que en la jornada continua se aprovecha mucho más el tiempo de trabajo con los niños.

Además como madre que su hijo tiene jornada partida, me resulta muy difícil que cuando sale del cole a las 4, después de haber estado en clase, se ponga a hacer tareas o a estudiar. Siempre me pide un tiempo de descanso que con la jornada continua sí tendría antes de salir del cole.

Es alucinante como la educación es la moneda de cambio para los partidos políticos y sus constantes cambios de ley. Nunca se pregunta a los profesionales que trabajan en los centros educativos los cuales son los que verdaderamente conocen la realidad de las aulas.

La jornada continua es un derecho para las familias y de ahí que sea necesario su voto para poder salir adelante. El horario es el mismo, siguen saliendo a las 16:00. El problema de la conciliación familiar no es el número de horas que los alumnos pasan en el cole. El problema no radica ahí.

A mi particularmente como madre y sin ningún otro tipo de interés, habiendo tenido los dos tipos de jornada, estoy a favor de la jornada partida. Y que se pueda revertir la jornada si los padres lo deseamos y nos dejaran participar en el cambio, porque con la normativa de ahora es imposible contado con los dos votos de una manera activa de los profesores en contra, nunca se podría ni si quiera iniciar el proceso. Así que sí me gusta que la comunidad nos cambiara la normativa y poder de una manera participativa elegir la jornada de nuestros hijos.

Tambien estoy completamente a favor de que los colegios se trasformen en CEIPSO y que se pudieran quedar en los colegios un par de años más, que seamos realistas, se les protege de situaciones en la que todavía son muy pequeños para estar. Y el aporte de que se pudiesen quedar otros dos años de comedor que ayuda directamente a la conciliación familiar.

Con respecto a este Proyecto de Decreto quiero mostrar mi más absoluto desacuerdo.

Primero me parece que el tema de la jornada escolar no debería ser enmascarado en el tema de la conversión de CEIPSO en los colegios con infraestructuras suficientes. Una normativa conjunta para ambos temas no es lo adecuado.

Con respecto a la jornada escolar creo que la única opción para aumentar la capacidad de elección de las familias es mediante la creación de una nueva normativa justa que regule de manera democrática la elección de la jornada escolar. Y cuando digo democrática me refiero a:

• Que se use un lenguaje inclusivo en cuestión de género.
• Que se modifique el artículo 2 para evitar el bloqueo de las votaciones en el Consejo Escolar.
• Que se modifique a un 50+1 el porcentaje de participación del censo.
• Que se aclare la redacción de la modalidad del voto por correo para evitar vacíos legales 
• Que no se haga pública la lista de los votantes del voto telemático antes del escrutinio de la votación presencial.
• Que se añada la modalidad de votación diferida para facilitar la participación de las familias.
• Que se establezca un horario máximo y mínimo de apertura de la mesa electoral en la votación presencial, para evitar diferencias entre los centros escolares.
• Que todas las unidades familiares tengan la misma participación de voto.
• Que se revise el Artículo 4, que puede dar lugar a la anulación de los resultados con otra votación en el Consejo Escolar.

Por otra parte quiero expresar mi desacuerdo por la escasa información que tienen las familias y docentes de cara a esta consulta pública. La Consejería debería aportar la referencia bibliográfica de los estudios científicos que están determinando la puesta en marcha de la jornada escolar partida en los colegios de la CAM, incluso en los que ya cambiaron de jornada.

A día de hoy NO existen estudios científicos NACIONALES sobre jornadas escolares que den resultados concluyentes acerca de qué tipo de jornada es más adecuada. La administración está tomando una decisión unilateral basándose en estudios económicos (como el ESADE) que se basa en países sudamericanos. Por otra parte, estudios más recientes como los de la OCDE o Gabaldon en colaboración con la Universidad de Finlandia no pueden extrapolarse a España y mucho menos a la Comunidad de Madrid.

Por otra parte, el objetivo de la administración de facilitar la conciliación familiar y laboral es otra estrategia de desinformación para desviar la atención. Con ambas jornadas escolares el horario de permanencia en el centro es el mismo, de 9h a 16h (extensible con actividades extraescolares y acogida de la tarde). La conciliación debe hacerse desde el ámbito empresarial y no pasando por una reestructuración del ámbito educativo, en detrimento del bienestar del menor que es estar con sus figuras de apego en el hogar y no en el colegio.

Por último, creo que medidas que afecten tan contundentemente a familias y docentes deberían ser consensuadas y estudiadas con verdadero interés y concienzudamente. Escuchar al colectivo de docentes es esencial, escuchar las quejas de las familias también. La Consejería de Educación lleva décadas mirando en otra dirección, movida por intereses económicos y de otras índoles. Intereses ajenos a lo importante, que es el bienestar del alumnado.

Personalmente me encantaría que se pudiera establecer los cursos de 1° y 2° de la ESO en el CEIP Andrea Casamayor.

Las instalaciones son una maravilla y pueden dar cabida a ambos cursos y así los alumnos puedan sentirse más cómodos, dentro del centro que ya conocen y coger madurez antes el cambio que experimentarán al pasar al instituto.

Estamos de acuerdo en qué el alumnado de 6° se quede cursando en el CEIP, 1° y 2° ESO. Votamos a favor de la medida y de qué sea posible que los CEIP con jornada continua también se acojan a esta modalidad.

Siempre me ha parecido un error que los alumnos dejasen el colegio a los 11 y 12 años para entrar en el instituto con adolescentes mucho mayores, en una etapa evolutiva muy diferente. Y si el horario es un impedimento que tengan el mismo que en el colegio.
En cuanto a la jornada partida, no me parece lo más adecuado que haya grupos de niños los que coman de 15:00 a 16:00 que es lo que pasa en muchos colegios. Más aún teniendo en cuenta que muchos han desayunado a las 7:30-8:00. Me parece mucho más razonable un horario de comida de 13:00 a 15:00 por una cuestión saludable. Que niños de 8, 9 y 10 años coman de 15:00 a 16:00 me parece un despropósito.

Sobran los motivos. Tan solo hay que leer el resto de padres y madres que están exponiendo sus opiniones.