Totalmente en contra de la jornada parcial y los CEIPSO. Los alumnos de secundaria deben estar en un IES. En los años 90 se cambió la ley con mucha lógica, porque la edad legal de trabajar comienza a los 16.De los 12 a los 16 los niños tienen los mismos derechos, por ejemplo, pueden abandonar el centro solos después de acabar las clases. Además, los IES están mas especializados en esa etapa, por sus profesores, instalaciones, el teléfono de contacto con el policía, auxiliares de control que cuando acaben las clases abren las puertas para todos... No entiendo ir en contra de la lógica y la ley cuando algo lleva cerca de 30 años. Es un jaleo tener 2 ciclos distintos en las mismas instalaciones

Por otro lado tampoco es buena idea tener a niños de 15 años repetidores con niños de menos de 10 años.

He hablado desde la experiencia, soy profesora de secundaria en IES

Buenas tardes, dado su apoyo a la jornada partida y a la incorporación de primer ciclo de la ESO en los CEIPs, me tomo la libertad de responderle enumerándole una serie de datos (todos ellos objetivos, sin opiniones personales, y fácilmente contrastables) para ayudarle a comprender por qué su postura es errónea.

Espero que se tome la molestia de leer mi respuesta al completo, pues sé que le hará cambiar de opinión, y ello le permitirá pronunciarse en esta consulta ciudadana en la línea que sea de su interés (como descubrirá al seguir leyendo).

Hay muchos factores que muestran de forma completa lo ineficaz y desfavorable que resulta este proyecto de decreto para el conjunto de la comunidad educativa. No solo para familias y profesorado sino, principalmente, para el alumnado.

En primer lugar, desmintamos mitos: en la jornada partida el alumnado no recibe más horas de clase, no está más tiempo en el centro educativo ni el profesorado trabaja más horas. Me explico: la jornada escolar consiste en una serie de horas lectivas, y en la partida esta se divide en dos partes. Usualmente la primera mitad termina a las 12:30h o a las 13:00h; ¿Qué familias pueden ir a recoger a sus hijos e hijas a esas horas? Ninguna, ergo deben asistir al servicio de comedor. El servicio de comedor dura un total de 2 horas, este es, desde las 13:00h hasta las 15:00h o desde las 12:30hh hasta las 14:30h (turnos de comida de media hora y recreo de comedor). Después, se aplicarían las dos sesiones de clase restantes. Como con esta jornada resulta obligada la asistencia a Comedor, si comparamos con la jornada continua (y añadimos igualmente el tiempo de comedor) el asunto está claro: el alumnado sale del centro escolar a la misma hora.

¿Cuál sería la ventaja de la jornada continua? La posibilidad de ir a recoger a los hijos e hijas a las 14:00h para poder comer con ellos. Muchas familias no pueden permitirse el gasto de comedor escolar ni tienen acceso a las becas de comedor, la jornada partida les OBLIGA a realizar ese esfuerzo económico, la continua no. Porque, ¿en qué trabajo puedes ausentarte a las 12:00h para ir a buscar a un hijo para comer con él y luego volver a incorporarte a tu puesto de trabajo a las 15:30h? Esa jornada laboral no existe. Y, en caso de que la familia no pueda recoger a los hijos a las 14:00h, no es problema, en la jornada continua se dispone igualmente del servicio de comedor. Y, como ya se vio antes, las horas de salida se igualarían entonces a la jornada partida.

Eso en cuanto a los beneficios para las familias de la jornada continua.

Respecto a los beneficios para los alumnos de la jornada continua, son varios. En primer lugar, los niños y niñas en edad de crecer tienen unos ritmos biométricos muy conocidos y estudiados desde la medicina pediátrica; ello implica que sus ciclos de rendimiento van unidos al descanso y a las comidas. El alumnado percibe como más corta (aunque no sea tal) la jornada continua y le agota menos, al suceder en las horas del día en las que su cuerpo está predispuesto para el esfuerzo y el trabajo.

Sucede, además, que en la jornada partida nos encontramos con que el alumnado retoma las clases a las 15:00h con la comida recién ingerida, esto es, recién iniciado el proceso de digestión. Lo que provoca somnolencia, debido al gasto energético en el proceso digestivo y a la disminución de riego cerebral en pos de hacer funcionar estómago, hígado, páncreas e intestinos. Además, se añade una complejidad más al escenario de la docencia en estas horas: hay áreas, como la educación física, que por exigencia hace muy contraproducente su realización nada más terminar de comer. Un alumno que ha ingerido legumbres de 14:30h a 15:00h es muy posible que, ante actividad física de moderada a intensa a las 15:00h, sufra de indigestión, cortes de digestión, mareos, vómitos... Por último, en los meses de alto calor (que cada vez son más frecuentes), conforme nos acercamos a las horas centrales del día la temperatura aumenta. Tener al alumnado, en pleno proceso de digestión, en aulas sin medios para bajar la temperatura (no hay ventiladores ni aires acondicionados en los centros educativos públicos de la comunidad de Madrid) puede producir golpes de calor, cortes de indigestión, mareos o desmayos. Todo ello redundará, además, negativamente en la educación de los niños y las niñas; dando al traste por tanto al objetivo inicialmente perseguido.

Con todo ello, creo haber explicado desde un punto de vista sanitario, biológico y educativo por qué es contraproducente para el alumnado la jornada partida.

Pasemos ahora al profesorado, centrándonos primero en los beneficios para la labor docente de la jornada continua y después (cuestión que tampoco debemos olvidar) en sus derechos laborales.

El docente tiene un trabajo muy concreto, que consiste en favorecer el desarrollo integral de su alumnado como persona y ciudadano, impartiendo los saberes necesarios y buscando la adquisición de unas competencias que le preparen de la mejor manera para su vida adulta como integrante formado en una sociedad sana y educada.

Si se encuentran en su alumnado la situación física y anímica descrita anteriormente, su labor se va a ver muy dificultada: sin sus recursos atencionales y la memoria de trabajo plenamente operativa, el avance académico de su alumnado se verá lastrado, y por tanto el fin último de la escuela (la educación) se verá perjudicado.

Pero, además, sucede que el profesorado precisa del apoyo y colaboración de las familias. Para ello son necesarias (¡y obligatorias!) las reuniones de tutoría con los tutores legales del alumnado. En la jornada continua estas se realizan de 14:00h a 15:00h, siendo relativamente sencillo (un tutor legar de un alumno puede asistir solicitando solo faltar una hora al trabajo, o incluso sin precisar hacerlo). Sin embargo, en la jornada continuada estas reuniones deberán realizarse o de 12:30h a 13:30h o de 13:00h a 14:00h (según la jornada establecida); y uno debe preguntarse: ¿qué horarios laborales permite a un trabajador ausentarse de 12:00h a 14:30h para ir a una reunión con el tutor de su hijo? ¿Cuántos empleadores estarán dispuestos a facilitar ese horario? Por ello, nuevamente se prueba como más oportuna e indicada la jornada continua.

Por último, y del argumento que precede a estas líneas deviene el comentario final, esta jornada comporta un demérito a la función docente y una imposibilidad para el respeto de sus derechos laborales. Siendo los maestros y profesores trabajadores con un alto grado de vocación, ¿qué ocurrirá cuando los tutores legales de sus alumnos les digan que no pueden asistir a tutorías de 12:30h a 13:30h? Que al final acaban realizándose a las 17:00h, FUERA de la jornada laboral del profesorado, en un tiempo personal en el cual este tiene derecho también a estar con su familia. No solo ello, sino que el profesorado tiene establecido un tiempo de trabajo en su tiempo libre para completar la jornada laboral (tener al alumnado en las aulas tantas horas resultaría inhumano); y dicho tiempo está destinado a la programación de clases y materiales, evaluación, reuniones y cumplimentación de burocracia. Verse obligado a reunirse con las familias fuera de su horario laboral implica menos tiempo para estas funciones (lo cual devendrá en un empeoramiento de la educación de sus alumnos) o bien menos tiempo para su vida privada, a la cual tiene derecho como cualquier trabajador de este país.

Con esto ya termino. Creo haber explicado razonadamente y punto por punto las razones principales por las cuales la jornada partida es un error a todos los niveles: solo implica complicaciones a padres y madres y familias, a los niños y las niñas, y a maestros y profesores. Defender ese modelo es un error por todo ello.

PD: Respecto a traspasar el primer ciclo de la ESO (1º y 2º) a los colegios de educación primaria, madurativamente tiene sentido; pero logísticamente su implementación es un despropósito, y paso a enumerar a continuación las diferentes razones.

En primer lugar, hace muy poco se incorporó primer ciclo de educación infantil (0-3 años) a los colegios públicos, y esto se hizo sin aumentar los espacios y sin dotar a las aulas de los materiales e instalaciones adecuadas. Está siendo un despropósito incalificable. Solo por ello, ya queda establecida la falta de espacios para acoger alumnado de la ESO.

En segundo lugar, además de la falta de aulas para llevarlo a cabo, ocurre que los docentes de la ESO son funcionarios clase A1 y los maestros A2, esto significa que los maestros perciben del orden de unos 600€ netos mensuales menos que los profesores. ¿Se trasladará también profesorado de secundaria a los colegios o esta labor recaerá en los maestros? Si se opta por la segunda opción, los maestros deberían cobrar sueldo A1, y ello implicaría un gasto económico para la comunidad de Madrid inasumible. Pero tampoco tienen previsto desplazar profesorado de secundaria a los centros de primaria.

Al final, por la falta de espacio, la única fórmula factible sería aumentar la ratio de primaria a 30-35 alumnos por clase (quedando hacinados en aulas que ya son más bien cubículos), e igualmente en infantil. Solo ello ya debería parecernos a todos una barbaridad. Además, la dificultad logística de cambiar tantos nombramientos de funcionarios hace ver que la comunidad no emprenderá ese curso de acción.

En resumen, ¿es la mejora de la calidad educativa el objetivo de la Consejería de Educación de Madrid, dirigida por Viciana? La respuesta es un rotundo NO, la única razón para llevar el primer ciclo de la ESO a los colegios de primaria es ahorrarse el salario de profesores de secundaria (mucho más caro), pudiendo así contratar menos profesores interinos y evitar cubrir las jubilaciones.

Por lo tanto, la incorporación de 1º y 2º de ESO en los centros de educación primaria solo servirá para destruir la educación pública de la etapa al eliminar los recursos espaciales, personales y materiales; con lo que ello supone para el derecho a la educación de los niños y niñas de Madrid; así como para recortar de forma flagrante derechos laborales al profesorado.

Y, ahora sí, considero terminada mi aportación.

Un saludo.

La propuesta de conversión de los actuales centros plantea diversas implicaciones que no han sido suficientemente analizadas en el proyecto de decreto. Es necesario que se valore adecuadamente el impacto que esta incorporación tendría tanto en el alumnado, como en el profesorado, la organización escolar, y las infraestructuras de los centros.

A. Impacto en la organización educativa

Reorganización de los centros educativos

La incorporación del primer ciclo de la ESO implica una reconfiguración significativa de los centros, lo que generará un sobrecoste logístico y organizativo innecesario, ya que los IES ya tienen esos recursos.

A nivel de recursos materiales y humanos, no se puede pasar por alto que la ESO requiere de infraestructuras específicas (laboratorios, instalaciones deportivas, aulas especializadas), lo cual implica una inversión adicional por parte de la Administración que no ha sido detallada en el proyecto. Y todo ello debería realizarse antes de comenzar el nuevo curso, no durante, ni mucho menos después de empezar un nuevo curso. Ya estamos bastante acostumbrados a los barracones y a las dotaciones de aulas nuevas que llegan cursos después, es inadmisible.

Se necesita de 16 unidades para tener la Jefatura de Estudios adjunta, cómo se llevará a cabo la gestión de la ESO. No habrá suficiente coordinación pedagógica para ese ciclo en los colegios, perjudicando la calidad de la enseñanza del alumnado que elija continuar sus estudios en el colegio.

Es ILEGAL separar la etapa de la ESO, lo que se quiere realizar no son “CEIPSO”, serán otra cosa, la nomenclatura da lugar a error para las familias, y una vez más será el alumnado los conejillos de Indias de proyectos no elaborados, justificados y estudiados con anterioridad. No es un Proyecto de Decreto, no es nada.  

Principio de coherencia en la educación: La ley establece que los estudiantes de la ESO deben recibir una educación coherente y continuada durante toda la etapa, con un enfoque integral y sin separación drástica entre los ciclos. Si bien se pueden hacer adaptaciones a nivel organizativo o de metodologías, un cambio radical que rompa la continuidad de la etapa podría entrar en conflicto con los principios de la ley que garantizan una educación comprensiva y coherente. Este Proyecto supone un CAMBIO RADICAL rompiendo la continuidad de la etapa.

Cómo se realizara la coordinación de los docentes con los departamentos de Orientación, se fractura la etapa, y el alumnado que más sufrirá será el de Necesidades Educativas Especiales.

El profesorado que esté en esos centros seguramente tenga que ser itinerante, ningún profesor funcionario de la ESO elegirá esa opción. Al final esas plazas se cubrirán con personal interino, que cambiará cada año con las consecuencias educativas que eso trae.

La jornada escolar y su configuración no deben ser vinculadas de manera directa a fenómenos como la adhesión a bandas juveniles, pues las causas de este comportamiento están asociadas a factores mucho más complejos que van más allá de la estructura horaria escolar. Como:

Factores sociales y familiares predominantes: La adhesión a bandas juveniles es un fenómeno influido principalmente por factores sociales, familiares y comunitarios. Las personas jóvenes que se unen a bandas no lo hacen principalmente por la estructura de la jornada escolar, sino por motivos como la falta de apoyo familiar, problemas socioeconómicos, marginalidad, influencia de grupos de iguales, falta de acceso a oportunidades educativas o actividades recreativas adecuadas, entre otros. Por tanto, la jornada escolar no es una causa determinante en este tipo de comportamiento.

Causas estructurales y personales de la adhesión a bandas: Los factores que llevan a las personas jóvenes a unirse a bandas incluyen el aislamiento social, la falta de modelos positivos o de referentes adecuados, y el entorno de riesgo en el que se encuentran. Estos factores no son influenciados por la jornada escolar, sino por el contexto social y emocional de los estudiantes. Reducir la jornada escolar o cambiar su estructura no impactará de manera directa en la prevención de este fenómeno.

La importancia de una educación integral: La prevención de la adhesión a bandas debe abordarse mediante una educación integral que trabaje en la inclusión social, el fomento de la convivencia escolar, el refuerzo de habilidades socioemocionales y la colaboración con las familias. El diseño de la jornada escolar por sí sola no puede ser considerado como una medida suficiente para evitar que las personas jóvenes se adhieran a grupos juveniles peligrosos. Es esencial que se refuercen otros aspectos como programas de tutoría, actividades extracurriculares, acompañamiento psicológico y fortalecimiento de los valores en el aula.

El enfoque en los biorritmos y el bienestar emocional de los alumnos: El motivo de la revisión de la jornada escolar, tal como se plantea en el proyecto de decreto, tiene como fin promover el bienestar de las personas estudiantes, respetando sus biorritmos, garantizando su descanso y favoreciendo un ambiente de aprendizaje más saludable. Sin embargo, la jornada escolar, en sus diferentes modalidades, no es la causa que impulsa la adhesión a bandas. En todo caso, se debe enfocar más en mejorar la oferta educativa, las oportunidades de socialización positiva y el fortalecimiento de los vínculos familiares y comunitarios como medidas más eficaces frente a este tipo de conductas.

Evidencia científica y enfoques educativos: Diversos estudios han demostrado que la estructura de la jornada escolar, si bien influye en el rendimiento académico y el bienestar de las personas estudiantes, no está directamente vinculada a la aparición de conductas desviadas como la adhesión a bandas juveniles. La conciliación familiar y el equilibrio entre el tiempo de estudio, ocio y descanso son factores que afectan la motivación y el rendimiento escolar, pero no son factores determinantes en la pertenencia a grupos delictivos o peligrosos.

B. Impacto en el alumnado

Dificultades de adaptación el alumnado

Los alumnos de primaria, que aún se encuentran en un proceso de desarrollo cognitivo, emocional y social, podrían experimentar dificultades de adaptación al encontrarse con un alumnado de secundaria en el mismo centro. La interacción con jóvenes de mayor edad puede generar tensiones o problemas de convivencia que afecten al bienestar escolar de los más pequeños. Se darán casos de alumnado que por diferentes procesos de repetición llegue a tener 16 años en un centro de Primaria. ¿Cuál será el impacto de tener alumnado adolescente en un cole de Primaria para sí mismo y para los demás?

Para el alumnado que decidiese continuar en el colegio durante el primer ciclo de la ESO, ¿qué pasará cuando se incorpore a su instituto en 3º de la ESO, con otro alumnado que lleva ya 2 años recibiendo educación en el instituto, con otros recursos, conviviendo con alumnado más mayor, con otro profesorado, uso de diferentes metodologías…? Aumentará más la heterogeneidad de aprendizajes en las aulas de 3º de la ESO en detrimento de la calidad educativa en etapas clave para la realización del posterior bachillerato.

C. Impacto en la infraestructura escolar

Aumento de la demanda de infraestructuras y recursos

Los centros de educación primaria que no cuentan actualmente con instalaciones adecuadas para la ESO necesitarían renovaciones y ampliaciones importantes de sus infraestructuras. Esto incluye, entre otros:

Aulas específicas para ciertas asignaturas (lenguas extranjeras, ciencias, tecnología, etc.).

Adaptación de espacios comunes (patios, comedores, bibliotecas) para albergar a un mayor número de estudiantes y un rango de edades más amplio.

Ampliación del horario y del servicio de comedor para cubrir las necesidades de los alumnos de secundaria, que no coinciden con las de los estudiantes de primaria.

Falta de planificación en los tiempos y los recursos

No se ha establecido cómo se gestionarán los horarios diferenciados para los alumnos de primaria y secundaria, lo que podría generar problemas de superposición de clases, falta de espacio y organización caótica. El horario se estructura en franjas diferentes de tiempo, por lo que habrá caos y ruidos entre clases (tanto de Primaria como de Secundaria) en muchos momentos del día.

REGULACIÓN DEMOCRÁTICA Y JUSTA DE LA JORNADA ESCOLAR

Para garantizar una normativa que respete la libertad de elección de las familias, propongo las siguientes modificaciones:

1. Inclusión de lenguaje inclusivo

Uso de términos como "familias", "alumnado" y "docentes" en lugar de "padres", "alumnos" o "maestros".

2. Modificación del Artículo 2

Eliminar la exigencia de doble mayoría absoluta en el Consejo Escolar para desbloquear el procedimiento de votación.

3. Reducción del quórum de participación

Capacidad de elección y participación democrática: La capacidad de participación debe ser democrática e incluir todas las unidades familiares, sin discriminación alguna entre familias monoparentales o familias numerosas. Además, el porcentaje de participación en las votaciones debe ser reducido a un 50+1, como en las elecciones autonómicas, para evitar manipulación y garantizar una mayoría representativa. Mejoras en las modalidades de voto

Especificar claramente el procedimiento del voto por correo y garantizar su confidencialidad.

Incorporar la modalidad de voto diferido para facilitar la participación de las familias.

Asegurar que las listas de votantes de voto telemático no se publiquen antes del escrutinio, para evitar posibles manipulaciones.

4. Horarios de votación claros y uniformes

Establecer horarios mínimos y máximos para las mesas electorales, evitando disparidades entre centros.

5. Participación igualitaria de todas las familias

Garantizar el derecho a voto de todas las unidades familiares, incluyendo familias monoparentales, convencionales o numerosas.

6. Respeto a los resultados previos

Evitar que los colegios con jornada continua deban cambiar a jornada partida para acogerse al estatus de “CEIPSO”, vulnerando resultados democráticos previos.

Escasez de estudios concluyentes sobre jornadas escolares

Solicito que la Consejería de Educación aporte las referencias bibliográficas de los estudios científicos que respalden las decisiones sobre la jornada escolar.

Rechazamos la utilización de estudios no extrapolables al contexto de la Comunidad de Madrid, como:

Estudios económicos, como los realizados por ESADE basados en países sudamericanos.

Investigaciones de la OCDE o de Gabaldón en colaboración con la Universidad de Finlandia, que no reflejan la realidad social, económica ni cultural de España.

Estudios científicos como el realizado por la Universidad Complutense de Madrid (2017) concluyen que la jornada continua es beneficiosa para el rendimiento académico, el bienestar emocional y social de los alumnos.

Es necesario promover estudios específicos y actualizados para la Comunidad de Madrid, que incluyan:

Diversidad geográfica, cultural y socioeconómica de la región.

Evaluación del impacto en alumnado con necesidades educativas especiales.

Análisis a largo plazo de los colegios que han experimentado cambios de jornada escolar.

Conciliación familiar y laboral: un argumento erróneo

Rechazamos el argumento de que el cambio de jornada escolar favorece la conciliación, ya que:

El horario de permanencia en el centro es el mismo en ambos modelos (de 9:00h a 16:00h), ampliable con actividades extraescolares y acogida.

La jornada partida no favorece para nada la conciliación, ya que en qué trabajo se puedes hacerte cargo de tu hija/hijo de 12:30 a 14:30. Se hace obligatorio el uso del comedor.

Conciliación familiar y laboral: Aunque el objetivo de la jornada escolar partida es facilitar la conciliación familiar y laboral, este planteamiento es erróneo. La conciliación debe abordarse desde el ámbito laboral, no desde la modificación de los horarios escolares. La jornada continua ofrece una mejor opción para las familias con menos recursos ya que elimina la necesidad de un desembolso adicional por servicios de comedor escolar. La conciliación laboral se debe abordar a través de:

Reducción de horas laborales.

 Facilidades para jornadas reducidas por cuidado de menores hasta los 14 años.

El cambio de jornada no debe realizarse en detrimento del bienestar del alumnado, cuyo tiempo con sus figuras de apego en el hogar resulta esencial.

Impacto ambiental de la jornada escolar partida

Propongo que se incluya un análisis de la huella de carbono asociada a cada modelo de jornada escolar.

La jornada partida genera desplazamientos innecesarios:

Ejemplo: 10 familias por CEIP (de 200 con jornada partida) realizan 4 desplazamientos diarios, lo que supone 4.000 desplazamientos adicionales diarios.

Esto equivale a 700.000 desplazamientos innecesarios por curso, generando un impacto ambiental significativo.

Este modelo contradice los objetivos de la Estrategia de Energía, Clima y Aire de la Comunidad de Madrid 2023-2030, que busca reducir las emisiones y promover la movilidad sostenible.

Proponemos que la Consejería de Educación realice un estudio cuantitativo sobre la huella de carbono generada por este cambio normativo y lo contraste con las políticas climáticas de la región.

Consenso en la toma de decisiones y eliminación de derechos

Las decisiones que afectan a toda la comunidad educativa deben basarse en el consenso y atender las demandas de las familias y docentes.

A lo largo de los últimos años, las familias han tenido la oportunidad de elegir entre jornada continua y jornada partida a través de un proceso de votación democrática en los Consejos Escolares. La modificación de la normativa en relación con la jornada escolar debe garantizar la participación plena y libre de las familias, asegurando que se respete el principio de libertad de expresión y elección. La administración debe permitir que las familias puedan tomar decisiones sobre la jornada escolar de manera justa y sin restricciones, modificando artículos como el Artículo 2 para evitar el bloqueo de votaciones.

Reitero la necesidad de procesos transparentes, justos y participativos que incluyan:

Análisis exhaustivos de impacto social, económico, educativo y ambiental.

Consulta activa con todas las partes implicadas, priorizando el bienestar del alumnado y la opinión de los docentes.