RESPETO A LA LIBERTAD DE LAS FAMILIAS DE PROTEGER Y VELAR POR LA INTEGRIDAD FÍSICA Y MENTAL DE SUS HIJO/AS.

Aunque en virtud de su autonomía de gestión los colegios puedan llevar a cabo “experimentaciones, planes de trabajo, formas de organización…, sin que, en ningún caso, se impongan aportaciones a las familias” (art. 120.4 de la LOE 2006), la implantación de nuevos modelos de enseñanza no deberían entrar en colisión con el derecho (y deber) de los progenitores de proteger la salud de sus hijos y velar por su integridad física y mental como por otra parte es también responsabilidad de toda la comunidad educativa. La implantación de proyectos digitales basados en el uso individual del alumnado de dispositivos digitales (i.e. llamados “one to one”, es decir, un niño-un dispositivo), supone en la práctica una exposición excesiva de tiempo del menor a las pantallas, ya que su uso diario (en aula y en casa) supera necesariamente los límites de tiempo diarios recomendados por la AEP, máxime si las licencias digitales sustituyen los libros de texto.

Ante la creciente alarma de especialistas en salud y educación infantil/juvenil por los efectos perjudiciales del uso excesivo de pantallas, no se entiende que toda la responsabilidad sobre la protección de los menores recaiga exclusivamente en las familias y se limite a los smartphones y uso lúdico de pantallas, cuando el uso “educativo” involucra también riesgos comparables en muchos casos, sobre todo cuando la seguridad y el tiempo de uso no están escrupulosamente controlados. Es necesario que se haga también a los colegios partícipes de su parte responsabilidad en la protección de la integridad física y mental de los menores, ya que pasan el 40-50% de sus jornadas diarias en los colegios. De nada sirve que las familias tomen todas las medidas de precaución necesarias para proteger a sus hijos de la sobre-exposición digital (en tiempo y contenido) en casa, si en los colegios introducen las pantallas en edades tempranas para la realización de tareas y adquisición de competencias para las cuales existen alternativas analógicas.

Desde mi punto de vista debe regularse:

- No sustitución de libros de texto

- Edad en la que pueden utilizarse dispositivos

- Tiempo de exposición a los mismos

El uso de dispositivos tecnológicos facilita el acceso a una educación personalizada y dinámica a la vez que potencia habilidades esenciales para el siglo XXI, como la resolución de problemas, la colaboración digital, la creatividad y el pensamiento crítico. Los recursos educativos en línea, las aplicaciones interactivas y las plataformas de aprendizaje permiten a los estudiantes acceder a contenidos actualizados, realizar investigaciones, interactuar con sus compañeros de forma remota y desarrollar competencias digitales que serán esenciales en su vida profesional.

Efectivamente, es fundamental que este uso se realice de manera responsable y equilibrada.  Por ello, los centros, dentro de su autonomía debemos fomentar y gestionar la implementación de el uso de la tecnología adaptándola a sus necesidades y características particulares, siguiendo los criterios programados y secuenciados en la planificación anual. Es responsabilidad del Centro establecer medidas específicas que fomenten un uso adecuado, controlado y supervisado, lo que contribuirá a la concienciación y al uso ético y responsable de la tecnología como herramienta de aprendizaje a la vez que reducir los riesgos derivados de un uso excesivo o inapropiado, como la adicción a las pantallas o el aislamiento social hecho que se produce fuera del ámbito educativo que es lo que realmente está afectando a los chicos. Esta reducción en la utilización de las pantallas debe de controlarse, sobre todo fuera del ámbito escolar que es donde realmente se crea adicción, al ser un uso sin control destinado a otros intereses que no son educativos. 

Sobre la elaboración del proyecto de decreto por el que se regula y limita el uso de dispositivos digitales en los centros educativos sostenidos con fondos públicos de la Comunidad de Madrid, me gustaría compartir las siguientes reflexiones:

De entrada sería bueno conocer las razones que motivaron la incorporación de los ordenadores (dispositivos electrónicos con conexión a internet) como herramienta ordinaria del trabajo escolar en centros escolares (primaria, ESO y Bachillerato); así ahora, en muchos centros docentes es necesario un ordenador personal para: consultar los libros, rendir deberes y trabajos a los profesores, consultar deberes y tareas (función agenda). Este dispositivo no se limita al centro, se desplaza a casa con el alumno. Sería bueno conocer la evidencia científica -si la hay- de las mejoras que este sistema conlleva respecto del sistema anterior “analógico”.

A falta de las anteriores evidencias y aún si las hubiera, conviene de nuevo evaluar la implantación de los dispositivos electrónicos en el ámbito escolar a la vista de la experiencia actual que está poniendo de manifiesto importantes efectos negativos en los niños, jóvenes y adolescentes por el uso indiscriminado de dispositivos electrónicos. En relación con los ordenadores en las aulas los encuentro ya todos destacados en varias e interesantes intervenciones en esta consulta pública, a las que igualmente me sumo:

• Impacto negativo en  la atención y concentración
• Impacto negativo en el desarrollo cerebral en formación
• Imposibilidad de limitar el dispositivo para tareas escolares excluyendo el uso recreativo. Los controles parentales no funcionan
• Efectos positivos beneficiosos de la escritura manual y lectura en papel respecto de las mismas tareas en pantalla
• Importantes intereses de las industrias tecnológicas
• Cuestiones de privacidad
• Limitación de la interacción personal entre niños y jóvenes: comunicación a través de la pantalla no es igual que la comunicación sin la máquina
• Dependencia tecnológica
• Familias que han optado por retrasar el teléfono “inteligente” en sus hijos menores y se ven obligadas a facilitar ordenador para el trabajo escolar.

Mi opinión es que los centros pueden tener una asignatura de informática, sala de ordenadores etc. como hasta la fecha, pero no servirse de ordenadores personales como herramienta ordinaria y obligatoria del trabajo escolar. Ahora bien, también esta educación informática o tecnológica debe estar bien enfocada; nuestros niños y adolescentes serán jóvenes y adultos y en su vida laboral operarán con herramientas informáticas pero ya la industria se ocupa de hacerlas sencillas para permitir un uso masivo. Sin contar con los avances tecnológicos, es decir, que varias aplicaciones informáticas de hoy estarán obsoletas pronto… No encuentro inconveniente en que un centro escolar se sirva de recursos electrónicos puntualmente: mostrar un video, enseñar a escribir a máquina, etc. pero, como indico, esto es diferente de exigir a cada alumno un ordenador personal para el trabajo ordinario.

Lo ideal sería ese “uso responsable” del que tanto se habla pero es muy difícil -pienso que imposible- ese uso responsable en menores y adolescentes cuyo cerebro está en formación y no han adquirido en plenitud la capacidad de hacer ese uso responsable con herramientas muy potentes y diseñadas  -como se está publicando en relación con los algoritmos- justamente para atrapar la atención indefinidamente….

Por todo lo anterior, abogo por no incorporar los dispositivos electrónicos personales en primaria, ESO y Bachillerato.

Muchas gracias por su atención.

Me encanta como los padres quieren poner restricciones en la escuela pero en casa, ya sea con con la televisión, tablet, móviles y consolas tienen un bufet libre de pantallas. Tenemos lo que nos merecemos.

Estoy a favor de pantallas en los Centro educativos pero siendo una herramienta mas que tienen los docentes y sin olvidarnos del material fungible. hay montones de aplicaciones que son maravillosas para los alumnos y el reporte que da al docente es alucinante. No podemos negar este avance a la escuela.

Dejo los últimos estudios publicados por expertos sobre los beneficios de la digitalización en las aulas:

Vilavella, R. - El impacto de la digitalización en el ámbito educativo - 2023

Rodríguez, A. - Las cifras no mienten: la digitalización en las aulas es una realidad a nivel mundial - 2023

Pérez, C. - La digitalización en el aula de Primaria - 2023

González, M., y Ruiz, J. - Tecnologías Digitales y Cambio Educativo. Una Aproximación Crítica - 2022

Martínez, P. - Digitalización de los Centros Educativos y Uso de Teléfonos Móviles en Educación Secundaria - 2024

Sánchez, J. - La digitalización en las aulas, una necesidad del presente - 2024

López, R. - Impacto de la Tecnología en las escuelas - 2023

Smith, K. y Brown, T. - Education in the Digital World: From the Lens of Millennial Learners - 2024

Martínez, J. y García, F. - SARS-CoV-2 Impact on Online Teaching Methodologies and the Ed-Tech Sector: Smile and Learn Platform Case Study - 2023

Todo tiene su pros y sus contras, lo que hay que usar es el sentido común.

Agradezco enormemente la oportunidad de permitirnos participar en un proyecto tan importante como este. De ello dependen nuestros hijos y las nuevas generaciones. Creo firmemente en qué deben retirarse las pantallas de los centros educativos al menos hasta bachillerato. La comunidad científica ya ha determinado a través de incontables estudios el perjuicio ocasionado a todos los niveles hacia los niños y jóvenes por el uso de pantallas. Uno de los primeros y más prolíficos fue el estudio dunedin, vigente a día de hoy. 

Los niños al menos hasta los 16 años deberían estar alejados de las pantallas y volver a familiarizarse con los libros de texto. 

Espero que está gran iniciativa tenga sus frutos y se logre la retirada de medios digitales individuales de las aulas. 

Gracias. 

 A Favor de la tecnologia en las aulas, adecuada a su uso pedagógico ,educativo y saludable , considero que la tecnología a regular seria la que se realiza usa fuera de las aulas,en tiempos de ocio que no esta supervisada por controles parentales o de gestión de Apps. 

totalmente a favor de la digitalización de la educación,

Por favor, como madre de dos alumnos en Eso y en Bachillerato de colegio concertado, sólo transmitir mi total apoyo al uso digital en las aulas y a los comentarios positivos de los docentes. El uso de papel en libros además, también es posible, mis hijos de hecho los tienen para complementar. Las familias que no están a favor según mi experiencia en el colegio, son las que más ruido hacen siendo minoría para luego poder permitir que sus hijos en su casa estén con pantallas y haciendo uso de las redes sociales, no mezclemos temas que es totalmente diferente. En mi trabajo, veo a las nuevas generaciones manejar ordenadores que es nuestra herramienta de trabajo, presentaciones, words, Excel, etc de una forma que no aprendimos nosotros usando solo el papel. No dejen que sean unos cuantos padres los que organicen el colegio, libertad ante todo y respeto a la dirección del colegio.

Beneficios de una adecuada regulación para la integración de las tecnologías en las aulas

• Desarrollo de competencias digitales desde la infancia:

La incorporación temprana de herramientas tecnológicas en el aula facilita que los estudiantes adquieran habilidades digitales fundamentales.

Promueve el aprendizaje responsable y ético en el uso de recursos digitales, formando ciudadanos digitales conscientes.

• Impulso a la equidad educativa:

Asegura que todos los estudiantes, independientemente de su contexto social o económico, puedan acceder y beneficiarse de las tecnologías.

Disminuye la brecha digital, proporcionando igualdad de oportunidades en el ámbito académico.

• Enriquecimiento de los procesos de enseñanza y aprendizaje:

Las tecnologías permiten diversificar los métodos de enseñanza, adaptándolos a los estilos y ritmos de aprendizaje de cada estudiante.

Facilitan el acceso a recursos innovadores y actualizados, ampliando el horizonte educativo más allá de los libros de texto.

• Preparación para el entorno laboral contemporáneo:

Las tecnologías educativas, integradas desde los niveles iniciales hasta la educación superior, dotan a los estudiantes de habilidades prácticas que serán esenciales en su vida profesional.

Responden a las demandas actuales del mercado laboral, donde la alfabetización digital es imprescindible.

• Fomento de la creatividad y el pensamiento crítico:

El uso de tecnologías en proyectos colaborativos e interactivos estimula el desarrollo del pensamiento crítico y la resolución de problemas.

Promueve la innovación y la exploración de ideas nuevas a través de entornos virtuales y simulaciones educativas.

• Sustitución de enfoques prohibitivos por estrategias pedagógicas inclusivas:

Prohibir las tecnologías en las aulas es una medida que ignora su potencial educativo y no fomenta una cultura de responsabilidad.

Una regulación bien planificada transforma las herramientas digitales en aliados para el aprendizaje, estableciendo pautas claras para su uso adecuado.

• Adaptación a un entorno globalizado y en constante cambio:

Introducir tecnologías de forma progresiva en la educación permite que los estudiantes se adapten con facilidad a los avances futuros.

Fortalece su capacidad de aprendizaje autónomo, esencial en un mundo donde el cambio es constante.

Me gustaría que se prohibiera el uso de un dispositivo por niño en el aula en primaria y eso. El colegio concertado al que acuden mis hijos me ha obligado a comprarle a mi hijo un chromebook con el que es dificilisimo estudiar.Hay asignaturas en las que no tiene libro físico. Ya hay miles de estudios que hablan de los perjuicios para los niños que usan estos dispositivos en edad temprana,  influyen negativamente en su desarrollo cognitivo y su capacidad de concentración. NO HAY NECESIDAD de darle a un niño de 10 años un dispositivo digital en vez de un libro, es una locura. Por favor hagan algo desde la comunidad, hay muchos padres desesperados con este tema y con el coste de todo ello para las familias.Muchas gracias

Considero que está suficientemente evidenciado, a través de numerosos estudios y de la experiencia acumulada, los perjuicios asociados al uso excesivo de dispositivos tecnológicos en las aulas, tanto para los estudiantes (dependencia, distracción y retención, salud visual y física) como para sus familias (control parental responsable y efectivo, desarrollo cognitivo, etc.).

En este contexto, les ruego encarecidamente:

- La PROHIBICIÓN EXPLÍCITA del uso de dispositivos digitales en los centros escolares, entendiéndolos como una suplantación de los libros de texto tradicionales. Es fundamental que se regule de manera clara y tajante, EVITANDO RESQUICIOS LEGALES EN LOS QUE LOS CENTROS CONCERTADOS SE PUEDAN AMPARAR basándose en su autonomía para eludir esta prohibición, QUE ES LO QUE ESTÁN HACIENDO ACTUALMENTE. 

- Que el grueso de las asignaturas, hasta Bachillerato, se impartan utilizando libros de texto en papel tradicionales.

- Que los alumnos adquieran competencias digitales pero no a través de la digitalización de la educación para satisfacer la voracidad de la industria tecnológica como está ocurriendo en la actualidad. ¿Qué valor añade eliminar un libro en papel y sustituirlo por un documento pdf? Sugiero existan asignaturas de informática y tecnología específicas donde se adquieran capacidades tecnológicas reales y donde realmente se les enseñe a los estudiantes a utilizar las herramientas digitales de forma adecuada y responsable, en lugar de depender de ellas como sustitutos de métodos de enseñanza más tradicionales.

- Que haya inspecciones educativas donde se asegure el cumplimiento de la vuelta al papel.

Agradezco la oportunidad de participar en esta consulta y espero que estas sugerencias sean tenidas en cuenta para lograr una educación de calidad, equilibrada y acorde con las necesidades de los estudiantes.

Soy experto en educación, científico y padre.

Cómo padre me preocupa la salud mental de mi hij@ y me da mucho miedo que pueda ser víctima de un ciberacoso, de pederastas o de engaños, o que desarrolle adiciones y sufra o sea infeliz y no se acepte. Por eso he educado y sigo educando a mi hij@ para que haga un uso responsable de la tecnología y los dispositivos. ¿Cómo? Siendo un ejemplo, usando los dispositivos e internet para mi trabajo, mis relaciones personales, mis gestiones, etc, pero sin que esto me quite tiempo de comer con mi familia y disfrutar juntos, con normas claras, restricciones de horarios y contenidos o uso de aplicaciones y redes según la edad. No sin peleas en casa, comparativas con otros padres y todo tipo de estrategias propias de los adolescentes para salirse con la suya.

Pero a día de hoy, mi hij@, come en la mesa sin el móvil, estudia en su cuarto con el móvil en el salón, usa su tablet y ordenador para realizar presentaciones propias de profesionales, busca información y la contrasta y si le digo que suelte el móvil o deje las pantallas, obedece. Conoce los riesgos de internet, como identificarlos y que hacer. Aunque eso no le proteja, como no lo estamos ninguno pero por lo menos he intentado que tenga claras las prioridades, que conozca los riesgos, que sepa, que conozca, que esté informad@.

Cómo experto educativo, tengo claro que la educación y el limite se impone y se trabaja en casa.

 En el colegio, las pantallas, dispositivos e internet son un medio, no un fin. No estoy a favor de su prohibición. La prohibición nunca es una solución. Estoy a favor de que las autoridades revisen los proyectos educativos, verifiquen qué uso y qué finalidad tienen los dispositivos en base a la metodología y didáctica empleada así como los procesos de evaluación. Qué implementen planes de formación especializada a todos los profesores, que se hagan auditorías a profesores y centros, pero... Y a las familias? También se les va a regular???

Los centros debemos ser responsables, de nada sirve tener una plataforma y dispositivos, si los alumnos trabajan solo con material digital o lo que es peor, archivos digitalizados.

Una educación competencial plena no puede ser solo digital o solo analógica como hace 50 años. Por supuesto que debe incluir materiales físicos y cuadernos, pero además, materiales digitales, como plataformas que usan la IA para personalizar el aprendizaje, facilitando un proceso de aprendizaje único para cada alumno, porque permite atender a todas las inteligencias y a todas las necesidades. Aplicaciones que desarrollan la imaginación y creatividad. El aprendizaje de la robótica y programación para desarrollar el pensamiento computacional. Generar en los jóvenes destrezas digitales solo les favorece para su futuro profesional globalizado. Porque ya no van a competir con su vecino para un puesto de trabajo, lo van a hacer con cualquier joven de cualquier parte del mundo, que no ven en la digitalización y la tecnología un monstruo culpable de todos los males.

El uso de los dispositivos y la sobreexposición a las pantallas, y las adiciones, no se dan en el colegio. En mi experiencia como docente, y como responsable, todavía no he visto ni un solo caso en el que un alumno sea adicto a la plataforma de matemáticas, o a ver videos de historia, o a los simuladores de ciencias... Los niños son adictos a los juegos individuales y online, a la dopamina de los reels, a los videos de tiktok, a ver los "likes"... Y esto por mucho que un cole no tenga control (que mira que lo dudo)... Es imposible que se genere en el aula. Esto viene de casa... Y el chaval aprovecha en el cole e intenta seguir haciendo lo mismo que hacía en casa. 

Entonces el problema ¿es el uso de dispositivos en el colegio?...¿Solucionamos el problema quitando los dispositivos?...

Creo que lo que muchos padres no ven es que el colegio y la educación es una OPORTUNIDAD, para que los alumnos y alumnas estén preparados y sepan usar de manera eficiente y segura la tecnología y los dispositivos.

Cómo científico, opino que la sociedad siempre ha tenido miedo al cambio y que las grandes civilizaciones han progresado cuando ha habido un interés general en mejorar y esto se ha conseguido con un plan educativo global, no partidista, que asume que la mejor baza que tiene el país es educar a las futuras generaciones adelantándose a lo que pueda estar por venir. 

La tecnología ha llegado para quedarse, ha habido un boom que hizo a todos los colegios correr, incluso a las autoridades educativas dotando de infraestructuras y dispositivos sin un plan coherente. Pero si tras el análisis se ha detectado que las consecuencias están provocando una serie de peligros, enfermedades, adiciones, etc... Pero por otro lado también están ayudando en la formación y preparación de los alumnos para su futuro,... Por favor, aprendamos del error, no caigamos ahora en lo mismo, en la urgencia, en el populismo, en dar una solución para contentar...

No abusemos de lo que dicen "los expertos" por qué los hay a favor y los hay en contra... 

En mi opinión es el momento de hacer reflexión, ¿Si se regula el uso de los dispositivos en el aula, si se prohíben, van a hacer los padres lo mismo en sus casas? ¿Va a poder el director/ra de un instituto decirle a un alumno o alumna que deje usar su móvil o que se lo quita, cuando luego va a tener al padre o madre diciendo que quién es para quitar algo que es de su propiedad? Vamos a limitar así las horas que nuestros jóvenes pasan entre las doce de la noche y las tres de la mañana chateando, viendo vídeos o planeando retos???

Yo, lo dudo.

Pero ¿Y si cogemos el 'toro por los cuernos' y viendo la sociedad y lo que hay en el día a día, en las casas, familias, empresas, etc... Usamos los colegios para FORMAR EN UN BUEN USO Y UN USO RESPONSABLE. 

Restringir no es la solución es un parche. La solución está en la prevención, la educación y la información. 

En el ejercicio de este trámite de consulta pública, como madre de dos niños escolarizados en el centro concertado Claret de Madrid que ha impuesto a los padres el modelo "One to one", traslado las siguientes PROPUESTAS:

1.QUE LOS DISPOSITIVOS DIGITALES NO SUSTITUYAN A LOS LIBROS DE TEXTO.

Como hasta el momento no se ha demostrado que la utilización de dispositivos digitales individuales aporte una mejora real sobre el aprendizaje, añadiendo multitud de riesgos (de salud pública), es necesario que los proyectos digitales de los centros no impliquen la sustitución de los libros de texto y medios tradicionales de enseñanza sino que los libros de texto sigan siendo el material curricular principal y los dispositivos tecnológicos se utilicen exclusivamente como complemento con el fin de adquirir las competencias digitales correspondientes. Así lo consideran países que, tras más de una década de sustitución de libros de texto por dispositivos digitales (e.g. Suecia), han dado marcha atrás volviendo a los libros físicos ya el curso pasado al observar el deterioro en la comprensión lectora, riqueza de vocabulario y aprendizaje en general de su alumnado. De hecho, todos los países con mejor nivel en literatura y matemáticas que España limitan las pantallas.

La praxis ha demostrado que los libros de texto aportan ventajas sobre el aprendizaje, son más manipulables para subrayar y tomar notas, favorecen la memorización por la secuencia lineal de los contenidos (en gran parte ausente en aplicaciones digitales de tipo pop-up y apertura de ventanas inconexas) y el desarrollo de la memoria fotográfica y propicia una mejor comprensión y retención de los contenidos. Todo esto es esencial en etapas de aprendizaje donde el cerebro de los alumnos es aún muy inmaduro e incapaz de gran abstracción, de forma que requieren de la lecto-escritura y la manipulación física para la adquisición de conocimientos y estructuración de su cerebro. Por todo ello, solicitamos que se establezcan los libros de texto en papel como el material curricular de base, sin que en ningún caso estos sean reemplazados por dispositivos electrónicos ni licencias digitales. Para ello, pedimos que se articule el acceso a los libros de texto a través del Plan Accede, no sólo para las licencias digitales.

2. DERECHO A LA GRATUIDAD REAL DE LA ENSEÑANZA OBLIGATORIA EN CENTROS SOSTENIDOS CON FONDOS PÚBLICOS Y A QUE LA AUTONOMÍA DE GESTIÓN DE LOS CENTROS RESPETE DICHA GRATUIDAD

Los proyectos digitales de los centros sostenidos con fondos públicos deben garantizar la gratuidad real de la enseñanza sin que puedan exigir la aportación de ningún dispositivo (ya sea propio de las familias o de la de empresa suministradora del centro), de tal modo que los menores puedan acudir al centro sin dispositivo, debiendo ser atendidos en condiciones de no discriminación por el colegio, a pesar de no adherirse a su oferta comercial o de no aportar un dispositivo propio, pudiendo utilizar los dispositivos existentes en el colegio, al menos, para la adquisición de competencias digitales obligatorias.

No se les debe pedir a las familias que aporten un dispositivo propio, ya que el ordenamiento jurídico no exige que estas tengan obligación de tener uno en su ámbito personal y, de tenerlo, la aportación de dispositivos propios por las familias no es gratis, porque tiene un coste. Tampoco se debe pedir a las familias ningún tipo de aportación económica destinada al alquiler, mantenimiento, o gastos derivados de su uso (e.g. gastos de enrolamiento), en caso de que sea el colegio el que aporte los dispositivos de los que dispone por la dotación de recursos informáticos por parte de la Consejería.

El derecho a la gratuidad de la enseñanza en niveles obligatorios, en centros sostenidos con fondos públicos, está garantizado en el ordenamiento jurídico: art. 27.4 de la Constitución Española art. 55.1 y 62.2.b) de la Ley Orgánica 8/1985, de 3 de julio, reguladora del Derecho a la Educación, art. 88 y 120.4 de la LOE 2006, art. 5.2 del Decreto 31/2019, de 9 de abril, por el que se regula el régimen de conciertos educativos en la Comunidad de Madrid.

La autonomía de gestión reconocida a los centros no puede interpretarse como una concesión a los centros (especialmente a los concertados) para que actúen con total libertad desvinculada de la correspondiente responsabilidad para con los menores de edad (incluido el derecho a la gratuidad de la enseñanza).

La autonomía de gestión no es ilimitada, sino que debe respetar la normativa de aplicación. Así el artículo 28 del citado Decreto 61/2022, establece que “Los centros dispondrán de autonomía pedagógica, de organización y de gestión, en los términos recogidos en la Ley Orgánica 2/2006, de 3 de mayo, en las normas que la desarrollan, así como en lo dispuesto en este Decreto y en su normativa de desarrollo”. Así, entre otros términos, debe respetar la gratuidad de la enseñanza en niveles obligatorios prevista en la normativa ya citada.

Teniendo en cuenta lo anterior, si los modelos digitales exigen que las familias aporten un dispositivo (aunque sea propio), esto implica un coste económico y se está vulnerando el derecho a la gratuidad de la enseñanza en niveles obligatorios y la prohibición de exigir aportaciones económicas a las familias.

3. RESPETO A LA LIBERTAD DE LAS FAMILIAS DE PROTEGER Y VELAR POR LA INTEGRIDAD FÍSICA Y MENTAL DE SUS HIJO/AS.

Aunque en virtud de su autonomía de gestión los colegios puedan llevar a cabo “experimentaciones, planes de trabajo, formas de organización…, sin que, en ningún caso, se impongan aportaciones a las familias” (art. 120.4 de la LOE 2006), la implantación de nuevos modelos de enseñanza no deberían entrar en colisión con el derecho (y deber) de los progenitores de proteger la salud de sus hijos y velar por su integridad física y mental como por otra parte es también responsabilidad de toda la comunidad educativa. La implantación de proyectos digitales basados en el uso individual del alumnado de dispositivos digitales (i.e. llamados “one to one”, es decir, un niño-un dispositivo), supone en la práctica una exposición excesiva de tiempo del menor a las pantallas, ya que su uso diario (en aula y en casa) supera necesariamente los límites de tiempo diarios recomendados por la Asociación Española de Pediatría , máxime si las licencias digitales sustituyen los libros de texto.

Ante la creciente alarma de especialistas en salud y educación infantil/juvenil por los efectos perjudiciales del uso excesivo de pantallas, no se entiende que toda la responsabilidad sobre la protección de los menores recaiga exclusivamente en las familias y se limite a los smartphones y uso lúdico de pantallas, cuando el uso “educativo” involucra también riesgos comparables en muchos casos, sobre todo cuando la seguridad y el tiempo de uso no están escrupulosamente controlados. Es necesario que se haga también a los colegios partícipes de su parte responsabilidad en la protección de la integridad física y mental de los menores, ya que pasan el 40-50% de sus jornadas diarias en los colegios. De nada sirve que las familias tomen todas las medidas de precaución necesarias para proteger a sus hijos de la sobre-exposición digital (en tiempo y contenido) en casa, si en los colegios introducen las pantallas en edades tempranas para la realización de tareas y adquisición de competencias para las cuales existen alternativas analógicas.

4. RESPETO ABSOLUTO A LAS RECOMENDACIONES DE LAS SOCIEDADES CIENTÍFICO-SANITARIAS (EN ESPECIAL DE LA ASOCIACIÓN ESPAÑOLA DE PEDIATRÍA).

Colegios profesionales y otras instituciones sanitarias se han pronunciado con rotundidad sobre el impacto del uso de las pantallas en la salud de la infancia y la adolescencia, describiendo los efectos nocivos que pueden dejar a largo plazo las nuevas tecnologías en la salud. Desde problemas de visión, cefaleas graves, sedentarismo, obesidad, problemas de irritabilidad, falta de sueño, de convivencia en las familias, intolerancia a la frustración, impulsividad, adicción, etc., incluso hasta llegar a trastornos mentales graves como la ansiedad, la depresión, trastornos alimentarios, etc.

Por ello, los proyectos digitales deben respetar en todo momento las recomendaciones basadas en evidencias científicas con el fin de proteger la salud de los menores.

Especialmente deben respetarse las recomendaciones publicadas en marzo de 2024 por la Asociación Española de Pediatría en su informe “Impacto de los dispositivos digitales en el sistema educativo” y la actualización de las mismas, anunciadas mediante nota de prensa de 5 de diciembre, incluyendo recomendaciones de uso de pantallas aún más restrictivas en base a nuevas evidencias científicas.

Además de las recomendaciones de la Asociación Española de Pediatría existen numerosos pronunciamientos científicos que alertan del daño a la salud pública provocado por la exposición a las pantallas, por ejemplo:

- Consejo General de Colegios Oficiales de Psicólogos (2024) “Ansiedad, problemas de sueño y depresión: problemas de salud mental más frecuentes en AP”.
- Ministerio de Sanidad (agosto 2024) en el Informe Anual del Sistema Nacional de Salud 2023.
- Ilustre Colegio Oficial de Médicos de Madrid (agosto 2024), Informe sobre el uso de pantallas y su relación con la salud de la infancia y la adolescencia.
- Asociación Española de Psiquiatría de la Infancia y la Adolescencia (junio 2024), Recomendaciones de uso de nuevas tecnologías en infancia y adolescencia.
- Sociedad Española de OftalmoPediatría Recomendaciones (mayo 2024) sobre la necesidad de limitar y controlar el uso de dispositivos móviles y pantallas en niños y Recomendaciones de la Sociedad Española de Oftalmopediatría (SEDOP) en relación al uso de pantallas digitales por parte de los niños e información sobre los filtros de luz azul.
- Etc.

Para mayor detalle puede consultarse en este link la extensa relación de publicaciones de numerosas instituciones científicas:

https://www.desempantallados.com/wp-content/uploads/2024/10/Publicacione...

Por todo ello, ante la evidencia científica que demuestra el problema de salud pública al que se exponen los menores, el futuro texto normativo debería exigir que los proyectos digitales respeten dichas recomendaciones médicas, especialmente las de la Asociación Española de Pediatría como:

3.1 RESPETO A TIEMPOS MÁXIMOS Y LÍMITES DE USO POR TRAMOS DE EDAD (INCLUIDA LA ESO).

Los proyectos digitales deben respetar EN TODO CASO las recomendaciones médicas sobre límites de tiempo de exposición máxima y condiciones de uso, por tramos de edades.

Teniendo en cuenta que el empleo de medios digitales de uso individual debe ser progresivo, teniendo en cuenta las necesidades y nivel de maduración de los alumnos, es necesario que los límites se extiendan hasta la ESO (como expresamente recomienda la Asociación Española de Pediatría), e incluyan el tiempo de uso previsto en casa necesario para completar las tareas y el estudio.

Esto es coherente con la acertada política educativa de la Comunidad de Madrid de incluir en los centros de educación infantil y primaria el primer ciclo de Educación Secundaria Obligatoria (i.e. 1º y 2º ESO):
https://www.comunidad.madrid/noticias/2024/10/15/comunidad-madrid-incorp....

Los tramos de edades fijados por la Asociación Española de Pediatría son actualmente:

“0 a 6 años (INFANTIL):

● Cero pantallas, no existe un tiempo seguro.

7 a 12 años:

● Menos de una hora (incluyendo el tiempo escolar y los deberes).
● Limitar el uso de los dispositivos con acceso a Internet.
● Priorizar los factores protectores: actividades deportivas, relaciones con iguales cara a cara, contacto con la naturaleza, sueño, alimentación saludable, etc.
● Si se decide que utilicen un dispositivo es recomendable: que sea bajo la supervisión de un adulto, con dispositivos fijos y evitar el baño y dormitorio.
● Pactar límites claros previamente tanto en tiempo como en contenidos adaptados a la edad.

13 a 16 años (ESO):

● Menos de dos horas (incluyendo el tiempo escolar y los deberes).
● Si se permite el acceso a dispositivos -sin ser la única medida que se tome- instalar herramientas de control parental.
● Priorizar el uso de teléfonos sin acceso a internet”.

Dado que la Asociación Española de Pediatría considera esencial, para controlar el impacto en la salud del uso de pantallas, el tiempo máximo de exposición a las mismas por tramos de edad, sería necesario que los centros docentes informen a las familias del tiempo de exposición durante la jornada escolar, y de las herramientas de uso, con el fin de que las familias puedan participar en el respeto a los tiempos máximos recomendados, especialmente porque dichos tiempos incluyen el dedicado a hacer deberes en casa.

3.2 JUSTIFICACIÓN DE MEJORA EN EL APRENDIZAJE: que se pueda implementar el uso de aplicaciones en las aulas con una finalidad concreta siempre y cuando éstas hayan sido avaladas por estudios científicos que se hayan llevado a cabo con una muestra suficiente de usuarios y con un grupo control para determinar si aporta una mejora en el aprendizaje respecto a lo ya existente.

3.3 LAS APLICACIONES DEBERÍAN ESPECIFICAR EL TIEMPO DE USO que precisa el alumno para realizar la actividad propuesta y establecer mecanismos automáticos para evitar el exceso de exposición e informar de que el tiempo total diario de pantalla no supere al recomendado por las sociedades científicas.

3.4 QUE LOS DISPOSITIVOS SEAN PROPIEDAD DEL CENTRO ESCOLAR, configurados para evitar el acceso a contenidos inadecuados, con cuentas específicas para su uso exclusivamente docente, con el objetivo de disminuir los riesgos de acceso a información inadecuada para la edad, no vulnerar el derecho de los menores a la protección de sus datos personales [7-8], y asegurar a su vez el acceso a los dispositivos a todos los alumnos del centro.

En este sentido los proyectos digitales deben permitir que los alumnos utilicen los recursos propios de los que disponen los centros, de modo puntual, y para la adquisición de competencias digitales. Además, se propone que los dispositivos a utilizar por el alumnado sean preferiblemente modelos fijos (ordenadores de sobremesa), donde se favorece la higiene postural, frente a dispositivos móviles como portátiles o tabletas. Sería muy recomendable que estos estuvieran en aulas de informática separadas, dedicadas al uso para aquellas asignaturas y actividades complementarias puntuales destinadas al desarrollo de las competencias digitales (e.g. informática, robótica, computación, etc). De esta manera, sería más efectiva la compartimentación del uso de dispositivos digitales para el desarrollo de competencias concretas, respetando la desconexión digital durante el resto de la jornada lectiva para priorizar la educación analógica clásica y manipulativa (libro, pizarra, papel y lápiz).

3.5 ELIMINACIÓN DE JUEGOS DE LAS APLICACIONES CON FINALIDAD EDUCATIVA, las estrategias relacionadas con la gratificación inmediata o cualquier mecanismo que favorezca comportamientos adictivos o el uso excesivo de pantalla (por ejemplo, Kahoot, aplicaciones matemáticas: Intermatia, Innovamat…).

4. QUE LOS PROYECTOS DIGITALES NO IMPLIQUEN EL USO DE DISPOSITIVOS INDIVIDUALES para actividades que fomentan las prácticas y dinámicas propias de las redes sociales, tales como compartir y subir a la nube/red/apps/grupos de clase imágenes, vídeos, stories, etc. que se evalúan a través de likes y votos de los alumnos.

5. LA ADQUISICIÓN DE COMPETENCIAS DIGITALES NO IMPLICA EL USO DE UN DISPOSITIVO DE POR NIÑO Y MENOS AÚN CON COSTE PARA LAS FAMILIAS.

Nuestros hijos deben formarse en competencias digitales porque así lo indica la Ley y ello obviamente supone la realización de determinadas actividades utilizando las TICs, pero esto no es extensivo a la necesidad de realizar un desembolso económico ni a que el material de apoyo que antes suponían los libros sea sustituido en su totalidad por dispositivos personales como tabletas o portátiles.

Las competencias digitales pueden desarrollarse y entrenarse de muchas maneras, haciendo uso de herramientas analógicas (lecturas, charlas, manipulación, investigación, etc.) y, en momentos puntuales, de herramientas informáticas de las que dispone el colegio a través de la dotación pública, tales como tabletas, portátiles u ordenadores de mesa de las salas de informática del colegio. Tal uso puntual y complementario debe hacerse siempre de forma guiada por el profesor (no individualizada y sin control), de tal forma que ejerza en su labor docente una curación de contenido es el proceso de buscar, organizar, filtrar y agregar valor a la información para posteriormente compartirla a los menores de edad de manera que la búsqueda de información o realización de la tarea informática se haga siempre dentro de un entorno online seguro, en páginas web y aplicaciones apropiadas a las edades de los estudiantes (en contenido, lenguaje y extensión) y no conlleven nunca el más mínimo riesgo de derivar al alumno a páginas de contenido inapropiado. Teniendo en cuenta que internet es una ventana al mundo (online) con toda la diversidad y alcance que ello conlleva, no se debe dejar solo al alumnado navegando e investigando, sino que se le debe guiar en todo momento, pero especialmente en etapas educativas tempranas, debiéndole entrenar en el uso de páginas y actividades seguras (con fuentes, referencias e información contrastadas).

6. EL USO DE DISPOSITIVOS CON FINES EDUCATIVOS DEBE ESTAR JUSTIFICADO POR RAZONES EDUCATIVAS (NO COMERCIALES)

Cada vez existe más literatura científica acerca de los efectos negativos de los dispositivos digitales (tanto en uso lúdico como educativo) en la salud, atención e incluso aprendizaje de los menores. Esta realidad, que empieza a verse reflejada en cada vez más frecuentes alertas y recomendaciones de asociaciones médicas, consumo y de protección de datos, debe tenerse en cuenta a la hora de regular el uso de pantallas en educación. En este sentido, la motivación de su uso puntual y complementario (jamás en sustitución de los libros de texto) debe estar escrupulosamente justificado por razones pedagógicas (nunca comerciales o económicas) sólidamente respaldadas por estudios de evaluación que aseguren que el valor añadido que aportarán al aprendizaje del menor es claro, y no involucra efectos secundarios negativos. No debería exponerse jamás a los menores a prácticas y experimentaciones de innovación que impliquen riesgos en la salud física y/o mental de los menores (como es el caso de uso de dispositivos digitales, sin el correspondiente estudio de evaluación previo de su impacto y consecuencias asociadas, y sin la autorización expresa de los responsables legales.

Los resultados de las últimas pruebas internacionales, como por ejemplo PISA, han demostrado la disminución del nivel académico de los alumnos en razonamiento matemático y comprensión lectora.

La decisión sobre la utilización de los dispositivos digitales en las aulas debe conllevar siempre una mejora clara en el aprendizaje que sea medible y contrastable, sin que implique riesgos o perjuicios ni en la salud ni atención del menor. Puesto que las competencias digitales se pueden trabajar y adquirir de muchas maneras, no necesariamente haciendo uso exclusivo de dispositivos digitales, el uso de los mismos por parte del colegio/profesor debe quedar suficientemente justificado por motivos pedagógicos (nunca por razones comerciales o de marketing del colegio), teniendo en cuenta el coste de oportunidad (i.e. ¿cuánto tiempo extra pierden frente a las pantallas los alumnos y qué dejan de hacer durante ese tiempo por distraerse con anuncios, pop-ups, estímulos de sonido-luces-movimiento, chats, etc, cuando están trabajando/estudiando online?) y los posibles efectos secundarios (i.e. ¿se puede aprender la misma competencia de otra manera más segura, por ejemplo de manera analógica?).

7. EL USO DE DISPOSITIVOS DIGITALES DEBE RESPETAR SIEMPRE LA PROTECCIÓN DE LOS DERECHOS Y SALUD DEL MENOR, EN ESPECIAL LA NORMATIVA DE PROTECCIÓN DE DATOS.

Además de justificar la oportunidad pedagógica, los proyectos digitales deben respetar escrupulosamente la normativa reguladora de protección de datos como las recomendaciones de la Agencia de Protección de Datos.

A tal efecto, dicho organismo, publicó en septiembre de 2024 el informe sobre “Responsabilidades y obligaciones en la utilización de dispositivos digitales móviles en la enseñanza infantil, primaria y secundaria” que debería cumplirse escrupulosamente en los centros escolares.

Asimismo, dicho organismo desaconseja expresamente el uso de Solución tecnológica Workspace for Education, desarrollada por Google Cloud EMEA Limited en su informe de 2024 “Google y Agencia Española de Protección de Datos: el caso de la implantación de soluciones digitales en la educación” y países como Francia ya la han prohibido en las escuelas (https://nextcloud.com/es/blog/europa-intensifica-la-lucha-por-la-soberan....).

En definitiva, el uso de los dispositivos individuales debe respetar rigurosamente la normativa de protección de datos y las recomendaciones que la Agencia de Protección de Datos elabora en aplicación de dicha normativa. Asimismo, los centros docentes deben asumir las responsabilidades que la normativa (y los informes de la Agencia de Protección de Datos) les atribuyen.

BIBLIOGRAFÍA:

-Principales pronunciamientos de las sociedades científicas sobre el impacto de las pantallas
en la infancia y la adolescencia:

https://www.desempantallados.com/wp-content/uploads/2024/10/Publicacione...

- Publicaciones de organismos públicos y privados sobre el impacto de las pantallas en la infancia y la adolescencia

https://www.desempantallados.com/wp-content/uploads/2024/11/Publicacione...

Eugenia Enrique.

El uso de dispositivos digitales en las aulas debe responder a criterios pedagógicos claros. Numerosos estudios, como los realizados por la UNESCO ( UNESCO. (2019). Artificial intelligence in education: Challenges and opportunities for sustainable development. París: UNESCO Publishing. Recuperado de https://unesdoc.unesco.org/ark:/48223/pf0000366994) y la OCDE, destacan que la tecnología, utilizada de manera adecuada, puede enriquecer el aprendizaje, fomentar la creatividad y preparar a los estudiantes para el mundo digital. Además, estudios como el de Schleicher (2018) ( Schleicher, A. (2018). World class: How to build a 21st-century school system. Paris: OECD Publishing. Recuperado de https://doi.org/10.1787/9789264300002-en) subrayan que la tecnología puede contribuir a reducir brechas de aprendizaje si se utiliza con objetivos claros y recursos bien implementados.

La tecnología es una herramienta imprescindible para el desarrollo de competencias digitales, que son fundamentales para la inserción laboral y social en un mundo cada vez más digitalizado. Sin una educación digital de calidad, estaríamos privando a los niños y niñas de las capacidades necesarias para ser ciudadanos digitales responsables, proactivos y preparados para enfrentar los desafíos del futuro. El uso pedagógico de la tecnología permite:

1. Fomentar el aprendizaje personalizado: Las herramientas digitales ofrecen la posibilidad de adaptar los contenidos y las estrategias a las necesidades individuales de cada estudiante.

2. Desarrollar el pensamiento crítico y la resolución de problemas: Los entornos digitales favorecen el acceso a información diversa y la aplicación de conocimientos en contextos reales.

3. Promover la colaboración y la creatividad: Plataformas y aplicaciones digitales facilitan el trabajo en equipo y la expresión creativa, habilidades clave en el siglo XXI.

4. Garantizar la inclusión educativa: Los dispositivos digitales pueden ser una herramienta clave para estudiantes con necesidades educativas especiales, ofreciendo opciones adaptadas y accesibles (European Agency for Special Needs and Inclusive Education, 2018).

Numerosos proyectos digitales desarrollados en la Comunidad de Madrid han sido premiados internacionalmente por su enfoque creativo, reflexivo y crítico del uso de la tecnología. Estos reconocimientos son un reflejo del compromiso y la capacidad de los centros educativos madrileños para integrar las TIC de manera efectiva en sus proyectos educativos.

Por ello, hay que subrayar que:

• El uso de dispositivos debe ser planificado y racional, adaptado a las necesidades de cada actividad educativa. Algunos proyectos requerirán un uso intensivo de tecnología, mientras que en otros será marginal o innecesario.

• Es esencial fomentar una ciudadanía digital responsable, enseñando a los estudiantes a manejar su huella digital, respetar la privacidad y desarrollar un pensamiento crítico frente a la información digital.

• La formación del profesorado y del alumnado es clave para garantizar un uso efectivo y seguro de las TIC.

Por otro lado, hay que resaltar que La Ley Orgánica 3/2020, de 29 de diciembre, por la que se modifica la Ley Orgánica 2/2006, de 3 de mayo, de Educación (LOMLOE), refuerza la importancia de la competencia digital como una de las competencias clave que el alumnado debe desarrollar a lo largo de su formación. Esta normativa establece que la competencia digital no solo implica la capacidad técnica de utilizar herramientas tecnológicas, sino también el desarrollo de un pensamiento crítico, el manejo ético de la información, la seguridad en el entorno digital y la creación de contenidos de manera creativa. Según la LOMLOE, el desarrollo de la competencia digital es esencial para garantizar que el alumnado participe de manera activa, crítica y democrática en una sociedad en constante transformación tecnológica.

El énfasis en esta competencia responde a la necesidad de preparar a los estudiantes para un mercado laboral y un entorno social cada vez más digitales, promoviendo no solo habilidades técnicas, sino también valores éticos y la capacidad de discernir entre información válida y manipulaciones informativas. Asimismo, la LOMLOE subraya que los centros educativos deben integrar estas competencias en sus proyectos educativos y planes digitales, reafirmando la importancia de un uso pedagógico de las TIC alineado con los objetivos generales del sistema educativo.

Es importante tener en cuenta también la autonomía de los centros educativos

En virtud de la Ley Orgánica 2/2006, de 3 de mayo, de Educación, la autonomía de los centros educativos está garantizada para permitir que cada comunidad educativa desarrolle su proyecto pedagógico adaptado a las necesidades y características de su

alumnado. Este principio, además de ser un pilar fundamental del sistema educativo español, es una herramienta esencial para garantizar la equidad y la inclusión, permitiendo que cada centro adapte sus metodologías y recursos a su realidad específica.

La autonomía no solo implica libertad para decidir, sino también responsabilidad para asegurar que las decisiones tomadas estén fundamentadas en criterios pedagógicos y en el conocimiento actualizado sobre las mejores prácticas educativas. La evidencia académica respalda que los centros con mayor capacidad de autonomía tienden a ofrecer respuestas más eficaces a las demandas educativas locales (Fullan, 2016). En este sentido, restringir o uniformar el uso de dispositivos digitales puede limitar la capacidad de los centros para implementar proyectos innovadores que potencien el aprendizaje significativo.

El uso adecuado de los dispositivos digitales debe ser el que cada centro educativo proponga en base a su autonomía, dada la seriedad pedagógica con la que se analizan todas las propuestas. Las Programaciones de cada docente, así como los PlanesDigitales de Centro y en las Programaciones Generales Anuales, aseguran que las dinámicas educativas estén perfectamente planificadas. Esto garantiza que el uso excesivo de dispositivos no se da en la educación pública, donde todas las intervenciones tienen un objetivo pedagógico claro y una aplicación deliberada

Es fundamental que las autoridades y los medios de comunicación hagan una clara diferenciación entre el uso de dispositivos digitales en contextos educativos y su uso personal fuera del entorno escolar. El mal uso de las tecnologías en el ámbito privado no puede ser atribuido a los centros educativos, cuya responsabilidad se circunscribe a su aplicación pedagógica. Por esto, la solución no puede ser una regulación estándar que limite de forma homogénea el tiempo de uso. Este enfoque podría contradecir los principios de autonomía y diversidad educativa.

Un enfoque más adecuado sería establecer directrices flexibles que permitan a los centros decidir cómo incorporar la tecnología, basándose en su plan educativo y en criterios pedagógicos, asegurando también: 

Protección de datos y seguridad digital, alineada con la legislación vigente.

 Prevención de riesgos, mediante la educación en el uso responsable y el establecimiento de marcos de protección.

Varios estudios internacionales subrayan que la formación en competencias digitales es fundamental para preparar a los estudiantes para el futuro. La ciudadanía digital es una competencia clave que  implica no solo el conocimiento técnico, sino también la capacidad de interactuar de manera ética y responsable en entornos digitales, comprender el impacto de las tecnologías en la sociedad y utilizar herramientas digitales para el beneficio común.

La escuela es el lugar idóneo para desarrollar estas competencias, garantizando que todos los estudiantes, independientemente de su contexto, tengan acceso a una formación digital de calidad. Esto incluye:

• Aprender a identificar y evitar riesgos online, como el ciberacoso o las noticias falsas.

• Desarrollar habilidades de comunicación digital efectiva, tanto escrita como verbal.

• Fomentar la creación de contenidos digitales, potenciando la creatividad y la innovación.

Formar al alumnado en este uso garantiza su participación activa y crítica en el futuro, mientras que no hacerlo los relegaría al margen del avance de nuestra sociedad y limitaría su capacidad para contribuir de manera democrática al funcionamiento del mundo.

Reitero que la Distinción entre el uso educativo y el personal Es fundamental y que las autoridades y los medios de comunicación han de hacer una clara diferenciación entre el uso de dispositivos digitales en centros educativos y su uso personal fuera del entorno escolar. El mal uso de las tecnologías en el ámbito privado, sin regulación ni control, no puede ser atribuido a los centros educativos, cuya responsabilidad se circunscribe a su aplicación pedagógica

Hasta el momento no se ha demostrado que la utilización de dispositivos digitales individuales aporte una mejora real sobre el aprendizaje, al contrario, numerosos estudios y expertos llevan tiempo alertando de los riesgos de salud pública y problemas en el aprendizaje que está ya provocando en toda una generación de niños y adolescentes. Desde aquí quiero solicitar que se proteja en esta normativa que los proyectos digitales de los centros no impliquen la sustitución de los libros de textos y medios tradicionales de enseñanza sino que los libros de textos sigan siendo el material curricular principal y los dispositivos tecnológicos se utilicen exclusivamente como complemento con el fin de adquirir las competencias digitales correspondientes. Así lo consideran países que, tras más de una década de sustitución de libros de texto por dispositivos digitales (e.g. Suecia), han dado marcha atrás volviendo a los libros físicos ya el curso pasado al observar el deterioro en la comprensión lectora, riqueza de vocabulario y aprendizaje en general de su alumnado . De hecho, todos los países con mejor nivel en literatura y matemáticas que España limitan las pantallas.

La práctica ha demostrado que los libros de texto aportan ventajas sobre el aprendizaje, son más manipulables para subrayar y tomar nota, favorecen la memorización por la secuencia lineal de los contenidos (en gran parte ausente en aplicaciones digitales de tipo pop-up y apertura de ventanas inconexas) y el desarrollo de la memoria fotográfica y propicia una mejor comprensión y retención de los contenidos. Todo esto es esencial en etapas de aprendizaje donde el cerebro de los alumnos es aún muy inmaduro e incapaz de gran abstracción, de forma que requieren de la lecto-escritura y la manipulación física para la adquisición de conocimientos y estructuración de su cerebro. Por todo ello, solicitamos que se establezcan los libros de texto en papel como el material curricular de base, sin que en ningún caso estos sean reemplazados por dispositivos electrónicos ni licencias digitales. Tampoco en aquellos cursos en los que ya esté implantado el dispositivo digital, que se de marcha atrás y facilite la vuelta, a través del Plan Accede, a los libros.

Gracias.

Que en el desarrollo de la nueva normativa tenga en cuenta para la implantación de planes de digitalización de los colegios públicos y concertados:

• La gratuidad de la enseñanza obligatoria. (Que en ningún caso se inste a los padres a adquirir dispositivos para que sus hijos puedan acceder a esa formación)
• Las recomendaciones de la Asociación Española de Pediatría (cada vez más restrictivas) del uso de dispositivos digitales por parte de niños y adolescentes.
• Aunque en virtud de su autonomía de gestión los colegios puedan llevar a cabo “experimentaciones, planes de trabajo, formas de organización…, sin que, en ningún caso, se impongan aportaciones a las familias” (art. 120.4 de la LOE 2006), la implantación de nuevos modelos de enseñanza no deberían entrar en colisión con el derecho (y deber) de los progenitores de proteger la salud de sus hijos y velar por su integridad física y mental como por otra parte es también responsabilidad de toda la comunidad educativa.
• Que se pueda implementar el uso de aplicaciones en las aulas con una finalidad concreta siempre y cuando éstas hayan sido avaladas por estudios científicos que se hayan llevado a cabo con una muestra suficiente de usuarios y con un grupo control para determinar si aporta una mejora en el aprendizaje respecto a lo ya existente.  También que no entre en colisión con la protección de datos de menores. 
• Eliminación en la enseñanza de aplicaciones con sistemas de gratificación inmediata o cualquier mecanismo que favorezca comportamientos adictivos o el uso excesivo de pantalla (por ejemplo, kahoots, aplicaciones matemáticas: intermatia, innovamat…).
• Que se especifiquen muy claramente cuáles son las competencias digitales que se deben adquirir en cada ciclo formativo, cómo deben enesñarse y evaluarse. 
•  Que el uso de dispositivos con fines educativos debe estar justificado por razones educativas demostrables (no comerciales) y debe respetar siempre la protección y salud del menor.  

No podemos permitir que más generaciones se vean afectadas por algo que ya se está demostrado altamente nocivo. 

Gracias

La necesidad de dispositivos digitales en las aulas: Una perspectiva educativa y normativa

La integración de dispositivos digitales en la educación se ha consolidado como una necesidad clave para afrontar los retos de una sociedad en constante evolución tecnológica. La Ley Orgánica 3/2020, de 29 de diciembre, que modifica la Ley Orgánica 2/2006 de Educación (LOMLOE), refuerza la importancia de la competencia digital como una de las habilidades esenciales que el alumnado debe desarrollar a lo largo de su formación. Esta normativa subraya que el uso de tecnologías de la información y la comunicación (TIC) no solo es necesario para adquirir capacidades técnicas, sino también para fomentar el pensamiento crítico, el manejo ético de la información y la capacidad de crear contenidos de manera innovadora y responsable.

En este contexto, la LOMLOE insiste en que los proyectos educativos deben incluir estrategias digitales que estén alineadas con las demandas de un entorno cada vez más digitalizado, garantizando la preparación de los estudiantes para el futuro. Además, promueve la integración de herramientas tecnológicas que potencien la personalización del aprendizaje, la equidad y la inclusión educativa, permitiendo que todos los alumnos, independientemente de sus circunstancias, tengan acceso a una formación de calidad.

El proyecto icu@derno, que ha utilizado iPad desde 2014 para transformar el proceso de enseñanza-aprendizaje, ejemplifica cómo las disposiciones de la LOMLOE pueden traducirse en metodologías innovadoras y efectivas. Este enfoque está alineado con los principios de la ley, demostrando que la tecnología en el aula puede ser un motor para la mejora educativa y la preparación de los estudiantes frente a los desafíos del siglo XXI.

El proyecto icu@derno: Una década de éxito educativo

Desde su implementación, el proyecto icu@derno ha demostrado que la integración de dispositivos digitales en las aulas puede transformar positivamente el aprendizaje. Este modelo, basado en el uso de iPad desde infantil y consolidado en Primaria, busca fomentar competencias esenciales como la creatividad, la autonomía, la colaboración y el pensamiento crítico. Su reconocimiento como Apple Distinguished School (2023-2026) avala la calidad de su enfoque educativo y su capacidad de adaptación a las necesidades de los estudiantes.

Los objetivos específicos del proyecto, como la alfabetización digital, la promoción de la creatividad, y el desarrollo de habilidades de búsqueda y procesamiento de información, coinciden con los principios rectores de la normativa educativa vigente. Además, el proyecto garantiza la inclusión, adaptándose a estudiantes con necesidades educativas especiales mediante herramientas accesibles y personalizadas. Este enfoque refuerza la equidad y demuestra que la tecnología puede ser un puente hacia un aprendizaje más inclusivo y efectivo.

Beneficios educativos del uso de dispositivos digitales

Los dispositivos digitales ofrecen una amplia gama de beneficios que los convierten en herramientas esenciales en la educación moderna:

    1.    Personalización del aprendizaje: Las aplicaciones y plataformas digitales permiten adaptar contenidos a las necesidades individuales de los estudiantes, fomentando un aprendizaje más dinámico y significativo.

    2.    Fomento del pensamiento crítico y la resolución de problemas: Los entornos digitales facilitan el acceso a información diversa, promoviendo la capacidad de analizar, evaluar y aplicar conocimientos en contextos reales.

    3.    Inclusión educativa: Los dispositivos digitales son especialmente útiles para estudiantes con necesidades educativas especiales, TEA, Dislexia…  ya que ofrecen opciones adaptadas y accesibles.

    4.    Preparación para el futuro: Vivimos en una sociedad digitalizada, donde las competencias tecnológicas son fundamentales para la integración laboral y social.

    5.    Sostenibilidad: El uso de recursos digitales puede reducir el consumo de papel, contribuyendo a un modelo educativo más respetuoso con el medioambiente.

La importancia de una regulación adecuada

El proyecto de decreto busca establecer un marco homogéneo que regule el uso de dispositivos digitales en los centros educativos. Sin embargo, es crucial que esta regulación no limite las oportunidades que ofrecen estas herramientas, sino que fomente su uso responsable y educativo. Como se ha demostrado en el informe ICILS 2023, los estudiantes que tienen un contacto temprano y regulado con la tecnología presentan niveles significativamente más altos de competencia digital, destacándose como mejor preparados para enfrentar los retos del siglo XXI.

Prohibir o restringir en exceso el uso de dispositivos digitales podría tener consecuencias contraproducentes, como la ampliación de la brecha digital entre estudiantes de diferentes contextos socioeconómicos. En lugar de esto, es esencial promover políticas que garanticen el acceso equitativo a estas herramientas, asegurando que todos los estudiantes puedan beneficiarse de una educación digital de calidad.

El papel de los centros educativos y las familias

La autonomía de los centros educativos, consagrada en la normativa vigente, es un elemento clave para el éxito de proyectos como icu@derno. Esta autonomía permite a cada institución adaptar sus metodologías y recursos a las características de su alumnado, asegurando que las decisiones pedagógicas estén fundamentadas en criterios científicos y educativos.

Además, la implicación de las familias es crucial. La experiencia del proyecto icu@derno demuestra que una comunicación efectiva entre el centro y las familias, acompañada de formación en el uso de dispositivos digitales, puede garantizar un aprendizaje coherente y equilibrado tanto en la escuela como en el hogar.

La tecnología como herramienta de inclusión y equidad

Uno de los aspectos más destacados del uso de dispositivos digitales es su capacidad para eliminar barreras educativas. Proyectos como icu@derno han demostrado que estas herramientas pueden ser adaptadas para atender a estudiantes TEA, con Dislexia, dificultades de visión, audición o movilidad, garantizando una educación inclusiva.

Asimismo, es importante reconocer el impacto de la tecnología en la reducción de desigualdades. En un contexto donde el acceso a recursos digitales puede marcar la diferencia en las oportunidades futuras, los centros educativos tienen la responsabilidad de garantizar que todos los estudiantes, independientemente de su origen socioeconómico, puedan beneficiarse de estas herramientas.

Conclusión

En un mundo cada vez más digitalizado, la integración de dispositivos digitales en las aulas no es solo una opción, sino una necesidad. Proyectos como icu@derno, con más de una década de experiencia exitosa, demuestran que es posible utilizar estas herramientas de manera efectiva para mejorar el aprendizaje, fomentar la inclusión y preparar a los estudiantes para el futuro.

La normativa propuesta por la Comunidad de Madrid debe garantizar un equilibrio entre la regulación y la promoción del uso responsable de las tecnologías. Es esencial respetar la autonomía de los centros educativos y proporcionarles los recursos necesarios para implementar proyectos digitales adaptados a sus necesidades.

El objetivo no debe ser prohibir, sino educar y regular, aprovechando los beneficios de las TIC para transformar la educación y garantizar que todos los estudiantes tengan las herramientas necesarias para enfrentar los retos de una sociedad en constante evolución.

La regulación del uso de dispositivos digitales y redes sociales en el ámbito doméstico es esencial para garantizar un desarrollo equilibrado y seguro en niños y adolescentes. El uso descontrolado de tecnología fuera del entorno escolar puede llevar a problemas como la adicción, la exposición a contenidos inapropiados y el ciberacoso . Esto contrasta con el entorno educativo, donde su empleo está estructurado y supervisado con fines pedagógicos.

Aunque las escuelas lideran la enseñanza del uso responsable de la tecnología, es imprescindible que las familias complementen esta labor estableciendo límites claros en el hogar. Regular plataformas como Instagram o TikTok, que pueden generar dependencia o afectar la autoestima, es clave para reducir riesgos y fomentar un uso ético y equilibrado.

La solución no es prohibir, sino educar y establecer límites de tiempo, accesos y contenidos, acompañados de formación para las familias sobre cómo guiar a sus hijos en el manejo de la tecnología. Un trabajo conjunto entre escuela y hogar garantizará que los menores no solo sean competentes digitalmente, sino también críticos y responsables, asegurando una relación saludable con las tecnologías que les prepare para los desafíos del futuro.

Leo con gran preocupación los movimientos que realiza el Gobierno de Madrid, orientados a la prohibición o limitación del uso de dispositivos digitales en las aulas, que es el único espacio que garantiza un empleo adecuado de las mismas, con el adecuado seguimiento y orientación; de eliminarse o reducirse, ¿quién va a enseñar un uso adecuado y ético de las mismas?

La reducción de la brecha digital que España mantiene respecto a otros países europeos (veáse, por ejemplo, el estudio ICILS 2023) sólo podrá lograrse a través del trabajo en las aulas escolares, empleando las citadas herramientas, primero, como recurso didáctico integrado en el proceso de enseñanza-aprendizaje (al igual que están en todos los ámbitos de la sociedad) y segundo, como contenido de las materias.

Desde la Didáctica hoy está sobradamente demostrada la utilidad de lo digital en los procesos de personalización del aprendizaje (lo que supone una ventaja, especialmente, para los estudiantes con mayores dificultades, sean intelectuales, sociales o de cualquier tipo), para la motivación del alumno y para la preparación del niño para su futuro en la sociedad, altamente tecnificada.

Creo que obviar las aportaciones de lo digital en la escuela perjudica:
 

• A cada niño, dificultándole su aprendizaje y motivación.
• A las familias, volcando en ellas toda la responsabilidad sobre el uso ético, eficaz y responsable de lo digital. Esto es cierto en todos los casos, pero más aún en familias de contextos sociales vulnerables.
• A los docentes, permitiéndoles personalizar sus propuestas didácticas, adecuándolas, no sólo a cada grupo, sino a cada niño o niña concreto, con sus intereses, capacidades, situación social, valores…
• A los centros educativos, que no deben ver coartada su libertad a la hora de seleccionar las metodologías más útiles para sus alumnos.
• Al conjunto de la sociedad madrileña y española, formando personas que puedan integrarse en el mercado laboral, capaces de seguir aprendiendo con autonomía al dominar las herramientas esenciales.

Por supuesto, las tecnologías requieren un control cuando están en manos de menores, pero no es la escuela el ámbito en el que se producen las situaciones de mayor peligro, sino al contrario: sólo su uso bajo la supervisión de profesionales de la educación puede garantizar que dicho empleo y aprendizaje es adecuado.

Incluyo, para terminar, algunas referencias internacionales que considero imprescindible sean tenidas muy en cuenta a la hora de legislar:

• Plan de educación digital de la comisión Europea que fija como objetivo estratégico para 2030 que, el porcentaje de alumnos de trece años con un bajo rendimiento en competencia digital sea inferior al 15 % (ahora mismo es más del doble el porcentaje del alumnado con bajo rendimiento). El rendimiento académico en alfabetización digital se medirá utilizando los datos del ICILS.
• Estudio internacional ICILS de 2023, que muestra un altísimo riesgo de brecha digital si se limita la digitalización del alumnado en Primaria. Así, este estudio muestra que la  brecha educativa respecto a la competencia digital: el alumnado en España que  recibe una educación digital en el colegio desde las primeras etapas educativas está mucho mejor preparado, presentando una media de 26 puntos por encima de los que acceden a estos recursos de manera tardía.   Este estudio también muestra cómo España (y Madrid en concreto) está aún por debajo de la media europea en implantación digital en las aulas. Mientras que en la UE el 53,3% del alumnado de 2º de secundaria tiene al menos 5 años de uso de dispositivos digitales, en España esta cifra solo alcanza el 41,9%
• Plan de tecnología educativa del Gobierno de los Estados Unidos que advierte de cómo reducir la brecha digital https://tech.ed.gov/files/2024/01/NETP24.pdf. Ninguna de las propuestas pasa por reducir el uso en las escuelas.
• Líneas generales de la Unesco sobre por qué considera que la innovación digital en educación es importante. La UNESCO guía los esfuerzos internacionales para ayudar a los países a comprender el papel que puede desempeñar la tecnología para acelerar el progreso hacia el objetivo de educación, el Objetivo de Desarrollo Sostenible 4

El uso de pantallas en las aulas ha transformado las dinámicas educativas, pero su implementación desmedida plantea serios riesgos para el aprendizaje y el desarrollo integral de los estudiantes. Una limitación estricta de su uso, permitiéndolas solo en casos muy específicos y justificados, asegura que la tecnología sea una herramienta complementaria y no una distracción o un obstáculo para el proceso educativo.

1. Priorizar la Atención y la Concentración

Las pantallas son inherentemente distractivas. Acceder a internet, redes sociales o aplicaciones no relacionadas con la clase desvía la atención de los estudiantes y dificulta la concentración en las tareas académicas. Limitar su uso exclusivamente a momentos pedagógicos esenciales garantiza que los estudiantes permanezcan enfocados en el contenido impartido por el docente, promoviendo un entorno más propicio para el aprendizaje profundo.

2. Reforzar Métodos de Aprendizaje Tradicionales

La escritura manual y la interacción directa entre estudiantes y profesores son pilares fundamentales del aprendizaje. Estas actividades fomentan la retención de información, el pensamiento crítico y la comprensión analítica. Restringir el uso de pantallas permite que estos métodos tradicionales ocupen un lugar central en el aula, complementados por la tecnología solo cuando sea estrictamente necesario.

3. Evitar la Dependencia Tecnológica

El uso excesivo de dispositivos electrónicos puede generar dependencia tecnológica, afectando la capacidad de los estudiantes para resolver problemas de manera autónoma o creativa. Al regular de forma estricta su uso, se promueve un equilibrio entre las habilidades digitales y otras competencias fundamentales, como la creatividad, la resiliencia y la capacidad de resolver problemas sin recurrir a dispositivos electrónicos.

4. Reducir Desigualdades y Problemas Asociados a las Pantallas

El acceso desigual a dispositivos de calidad o a conexiones de internet confiables crea brechas en el aula. Asimismo, el uso prolongado de pantallas puede provocar fatiga visual, estrés tecnológico y efectos negativos en la salud mental. Una limitación estricta asegura un ambiente más igualitario y saludable, donde los estudiantes puedan desarrollarse plenamente sin los riesgos asociados al uso constante de dispositivos.

5. Fomentar un Uso Responsable y Planificado

Las pantallas deben utilizarse únicamente en actividades donde aporten un valor claro e insustituible, como simulaciones científicas específicas o el acceso a recursos digitales de difícil obtención por otros medios. En todos los demás casos, se debe priorizar el aprendizaje sin tecnología, promoviendo la interacción humana y los métodos prácticos.

Conclusión

La limitación estricta del uso de pantallas en las aulas no implica rechazar la tecnología, sino utilizarla con prudencia y propósito. Al restringir su empleo a momentos clave y bien justificados, las instituciones educativas pueden garantizar un aprendizaje más enfocado, equitativo y saludable, evitando los riesgos asociados al uso indiscriminado de dispositivos electrónicos. Esta medida asegura que las pantallas sean un aliado, y no un obstáculo, en el desarrollo integral de los estudiantes.

Hemos pasado por una época de fascinación por todo lo que tenía que ver con la tecnología en educación. Todo tenía que pasar a través o mediado por una pantalla: los trabajos en grupo,  las lecturas, los ejercicios de clase....La pandemia amplificó al máximo la dependencia educativa de las tecnologías y , aunque palió en gran medida los efectos del aislamiento y la falta de educación en esos meses, también descubrió las carencias y peligros que conllevaba acudir a la tecnología como panacea de la educación del presente y del futuro. 

Muchos padres y profesores nos dimos cuenta de que no era suficiente ni sustitutivo (sobre todo en calidad) del trato humano que se da en el aula, Tampoco paliaba suficientemente la comunicación y convivencia entre los alumnos, mucho menos con los profesores. Éstos son los principales motivadores educativos y son los que se tienen que potenciar si queremos un desarrollo educativo de  calidez y calidad. Justamente, cuando en la postpandemia se bajaron a la mitad las ratios de algunos cursos quedó claramente evidenciada una mejora absoluta del ambiente educativo y de la motivación de los alumnos (clases más pequeñas, más atención humana y personalizada a cada alumno ). 

Esta ya no es una época de volver a repetir aquello de que "los estudiantes son nativos digitales" porque lo que estamos viendo es que más bien son adictos al consumo digital y lo que se está quedando por el camino es todo lo que les hace desarrollarse sanamente  (tanto aprendizajes como experiencias) por estar cada vez más pegados a una o a varias pantallas.

Que los centros educativos, sean tan irresponsables como para querer seguir colaborando con la industria tecnológica en este enganche adictivo, que además les impide y les restringe el tiempo para trabajar lo que de verdad deberían estar trabajando ( la concentración, la socialización, la adquisición de autonomía, competencia y seguridad más allá de que haya un dispositivo electrónico delante), es algo inexplicable y que debe ser regulado para proteger a estas generaciones de un futuro en el que hayan perdido la capacidad de concentrarse sin estímulos externos, la capacidad de socializar con los otros en el cara a cara, la capacidad de autorregular sus impulsos y su tolerancia a la frustración (porque solo se sientan bien con las  micro descargas dopaminérgicas continuas que les aportan los dispositivos), la capacidad de salir al aire libre y disfrutar de la naturaleza, el silencio, la tranquilidad, el aburrimiento que lleva a la creatividad (más allá de la creatividad de la IA de moda), etc.

Desgraciadamente, basta hablar con los pediatras y los expertos en salud mental para darse cuenta de que es eso a lo que vamos, porque los casos de trastornos relacionados con todas estas carencias no hacen más que aumentar exponencialmente entre los menores de edad. Desgraciadamente, el uso normal de la tecnología por parte de la mayoría de nuestros hijos entra ya, por el tiempo que les dejamos que le dediquen a los dispositivos, en la categoría de abuso. Limitar y regular en educación el uso de estos dispositivos es una forma responsable de concienciar  a una sociedad adicta a ellos y que todavía no es consciente del peligro real que conllevan (para empezar a concienciarnos a nosotros, los padres y madres). 

Educativamente, algunos de estos dispositivos pueden ser muy adecuados como un recurso más, porque es cierto que estamos en una sociedad que no puede desligarse de la tecnología en muchos ámbitos, pero hay que tener mucha precaución: El colegio puede tener la función de mostrarlos solo como un recurso más (utilizándolos cuando realmente sea necesario y no haya un recurso pedagógico igual o mejor para enseñar esa competencia o contenido concreto), o como está ocurriendo en muchos centros desafortunadamente, potenciando la adicción de una  forma acrítica e irresponsable (esto ocurre cuando se plantean como algo necesario e insustituible para la mayor parte de las tareas, como hacen los centros que obligan a sus alumnos a compran un dispositivo personal y eliminan los libros de texto físicos).

Animo  como padre y educador a las administraciones, y en particular, a la Comunidad de Madrid, a que tomen partido por una educación responsable, humana, con calidez y calidad, y establezcan límites claros del uso de estos dispositivos, limites estrictos y proporcionales por edades y ciclos, y que no permitan que sean las tecnológicas, ni los colegios que reciben directa o indirectamente ciertos beneficios de éstas, las que decidan cómo tiene que ser la educación de las generaciones futuras.

Queremos niños que lleguen a ser ciudadanos sanos, equilibrados, responsables y críticos para el futuro. Si  continuamos haciendo oídos sordos sobre lo que nos dicen la mayor parte de los científicos y profesores independientes, todos los estudios oficiales sobre educación, y hasta nuestra propia experiencia con estos dispositivos, tendremos en breve unas generaciones solo formadas con calidad para el consumo y el entretenimiento, sedentarias, sin capacidad crítica ni equilibrio mental, con una educación pésima debido a su incapacidad para concentrarse y sin tolerancia a la frustración, aislados en el mundo de las redes y lo más terrible de todo, sin capacidad de buscar la felicidad por sí mismos.

No desaprovechemos esta oportunidad, seamos una Comunidad de referencia en el uso educativo y responsable de estos dispositivos. El futuro es la limitación y su regulación en menores, como ocurre con cualquier otro factor que sea adictivo y pernicioso para su desarrollo madurativo.

Aprovechemos esta regulación para apostar por la calidez y la calidad, en resumidas cuentas, apostemos por lo humano, más allá de intereses y modas que parecen estar en otras cosas.

Acabo proponiendo medidas concretas que pueden ayudar en este sentido:

- Base educativa en libros de texto o materiales diseñados a tal efecto en todas las etapas (siempre físicos).

- Uso excepcional en primaria (no más de 2 o 3 horas semanales en 5ª y 6ª). En secundaria, no más de 5 horas semanales en 1º y 2º ESO y no más de 10 semanales en 3º y 4º ESO (incluyendo actividades de casa). Todo esto parecería muy restrictivo si no fuese porque tienen otras cosas mucho más importantes y necesarias que aprender en estas etapas y múltiples métodos para hacerlo (y hasta ahora el único método pedagógico que tiene un alto riesgo de adicción es el del uso de dispositivos).

- Centrar la enseñanza de la competencia digital en el buen uso, precauciones, límites y enseñanza de las alternativas no tecnológicas. Por cierto, ese es el principal fin de esta competencia tal y como se refleja en la ley educativa (es falso el argumento que dan algunos centros, cuyo principal interés es vender dispositivos,  de que la incorporación de la competencia digital obliga a aumentar el uso de dispositivos en clase).

- Impedir que los centros públicos o con financiación pública exijan en las etapas obligatorias la aportación de estos dispositivos por parte de las familias o el pago de cualquier coste por su mantenimiento, alquiler, control parental o aplicaciones utilizadas. La enseñanza en estos casos por ley debe garantizar la gratuidad para no ser discriminatoria. Esto ayudaría a centrarse en lo pedagógico y evitar otros intereses.

Buenas noches, gracias ante TODO por dejarnos participar en este debate a los que vemos cada día cuánto sufren nuestros hijos y su alrededor por el uso de las pantallas obligados por los colegios. Deberían regular que en los colegios no se obligase a estudiar en el ordenador, únicamente para adquirir las competencias digitales exigidas por la LOMLOE y Directiva Europea que con un dispositivo compartido pocas horas al mes se consiguen adquirir, dado que los alumnos prácticamente la mayoría ya las tienen adquiridas previamente a entrar a la ESO. Adicionalmente provoca y ustedes mismos con el Comité de Expertos lo han podido comprar para, atenta contra la Salud y seguridad de los niños. Adicionalmente, no se aprende con apps gamificadas. Ver videos en Youtube o hacer un kahoot, no es pedagogía, es un negocio. Niños con problemas mentales, oculares, de interrelación con sus iguales, por supuesto problemas familiares. Por favor, no permitan que nuestros jóvenes pierdan su vida detrás de las pantallas en los colegios. Prohíban inmediatamente su compra obligatoria en los colegios , también en los concertados. Y prohíban su uso en deberes y en competencias que no sean exclusivamente la digital. Muchas gracias 

Propuesta: Uso de Pantallas Exclusivamente en la Enseñanza de Religión Católica

La idea de restringir el uso de pantallas a un único ámbito, como la enseñanza de la religión católica, plantea un enfoque deliberado sobre cómo integrar la tecnología en la educación. Si bien las pantallas pueden ser disruptivas en otros contextos educativos, su uso exclusivo en esta asignatura puede justificarse desde varias perspectivas:

1. Acceso a Recursos Visuales e Históricos

La religión católica tiene una rica herencia cultural y artística que se extiende a lo largo de los siglos. Las pantallas permiten acceder a recursos multimedia, como:

- Obras maestras del arte sacro (Capilla Sixtina, El Greco, etc.).

- Documentales históricos y educativos sobre la vida de santos, la historia de la Iglesia, y tradiciones litúrgicas.

- Mapas interactivos que muestran la expansión histórica del cristianismo.

Estas herramientas visuales enriquecen la experiencia de aprendizaje, haciéndola más atractiva y contextualizada.

2. Reflexión y el Debate

El uso de pantallas en religión puede fomentar debates éticos y reflexiones profundas mediante el acceso a:

- Películas y cortometrajes con valores morales y religiosos.

- Videos testimoniales sobre temas como la caridad, el perdón o la justicia social.

- Simulaciones que ayuden a analizar dilemas éticos a la luz de la doctrina católica.

Estos recursos pueden hacer que los temas tratados sean más relevantes y conecten con la vida cotidiana de los estudiantes.

3. Promoción de la Cultura Digital Responsable

La enseñanza de religión católica puede ser un espacio para promover un uso ético y responsable de la tecnología. Al limitar el uso de pantallas a esta asignatura, se pueden integrar reflexiones sobre:

- La importancia de equilibrar el tiempo frente a pantallas con momentos de introspección y conexión humana.

- Los peligros del mal uso de la tecnología (ciberbullying, desinformación) desde una perspectiva de valores cristianos.

4. Asegurar el Enfoque en otras Materias

Restringir las pantallas a la asignatura de religión católica garantiza que las demás materias mantengan un enfoque tradicional, minimizando distracciones y fomentando métodos más activos, como la escritura manual y el diálogo directo. De esta manera, se preserva el equilibrio entre tecnología y pedagogía clásica.

Conclusión

El uso exclusivo de pantallas en la enseñanza de religión católica no solo enriquece la transmisión de conocimientos históricos, culturales y espirituales, sino que también establece un modelo de uso tecnológico controlado y significativo. Esto permite a los estudiantes aprovechar los beneficios de la tecnología en un marco ético, mientras se garantiza un aprendizaje más enfocado y profundo en el resto de las asignaturas.

Gracias a ChatGPT por la brillante falacia.